Este miércoles 13 de noviembre, el gobierno de Estados Unidos el cual, a través del Servicio de Ciudadanía e Inmigración, manifestó que a partir del próximo año entrará en vigencia una normativa que frenará a los migrantes con solicitud de asilo en proceso para la obtención de permisos de trabajo.
El hecho, de acuerdo con un comunicado del organismo estatal, tiene como misión poner fin a las solicitudes de asilo “frívolas, fraudulentas o no meritorias para obtener una autorización de empleo”.
No obstante, el documento añadió que habría excepciones, aunque no detalló cuáles serían.
Hace una semana se había, la cadena NBC indicó que la Administración de Donald Trump estudiaba la posibilidad de restringir el acceso a un permiso de trabajo a los solicitantes de asilo, al menos durante el primer año en territorio estadounidense.
Ken Cuccinelli, director interino del Servicio, comentó que “nuestro sistema de inmigración está en crisis. Los extranjeros ilegales están jugando con el asilo en busca de oportunidades económicas, lo que socava la integridad del sistema y retrasa el alivio para los solicitantes de asilo legítimos que necesitan protección humanitaria”.
Actualmente los extranjeros pueden pedir la autorización para trabajar 150 días después de haber hecho la solicitud de asilo, lo cual es concedido mientras se desarrolla el caso ante una corte de inmigración. Sin embargo, el acceso a estos permisos laborales puede tardar hasta dos años en concretarse.