WASHINGTON – Las empresas más grandes de Estados Unidos, desde Apple hasta Koch Industries, han aplaudido el plan impositivo del presidente Donald Trump y sus esfuerzos para flexibilizar las regulaciones, pero dicen que Trump está equivocado con respecto a la inmigración. Echar a un millón de trabajadores inmigrantes de este país, como Trump amenaza con hacerlo, sería devastador para la economía, dicen los líderes empresariales.
El miércoles, la Cámara de Comercio de Estados Unidos, la mayor organización de cabildeo empresarial y un poderoso financista de muchos senadores y representantes republicanos, llegó a predecir «habrá una gran agitación» si Trump deporta a los 690.000 jóvenes inmigrantes «soñadores» y a los 200.000 inmigrantes salvadoreños que han estado en el país bajo un programa conocido como Estatus de Protección Temporal. Otros 30.000 cónyuges de inmigrantes altamente calificados también están perdiendo el derecho al trabajo. En diciembre, la administración Trump dijo que eliminaría una norma de la era de Obama que permitía a los cónyuges de titulares de visa H-1B trabajar en los Estados Unidos.
«Piensa en que van a sacar a 1 millón de trabajadores de nuestra [economía] y lo que eso nos haría a nosotros ahora mismo», dijo Thomas Donohue, presidente de la Cámara de Comercio de los EE.UU. Después de pronunciar el discurso anual sobre el «estado de los negocios estadounidenses». «Piensa en quiénes son esas personas. Son nuestros vecinos».
Muchas de las principales prioridades económicas de Trump para 2018 se verían en peligro si la administración inicia deportaciones masivas de estos inmigrantes, muchos de los cuales trabajan y han estado en el país durante años, dijo Donohue. Trump dice que planea revelar un paquete de infraestructura pronto, pero Donohue dice que no quedan suficientes trabajadores para hacer toda la reconstrucción de carreteras, puentes y puertos que los políticos en Washington prevén.
«Si hacemos un plan de infraestructura de más de 1 billón de dólares, un plan de infraestructura de 10 años, no podemos hacer eso con los trabajadores que tenemos ahora», dijo Donohue.
El edificio de la Cámara de Comercio se encuentra justo al norte de la Casa Blanca. Dos pancartas grandes que dicen «EE.UU, construido por los soñadores» están colocadas justo a las puertas del edificio de la Cámara, en dirección a la Casa Blanca.
Trump se enfrenta a un complicado cálculo político y económico sobre inmigración.
Prometió a su base de electores, mayoritariamente blancos de clase trabajadora en la zona los Grandes Lagos y el oeste medio del país, que restringiría fuertemente la inmigración, pero la comunidad empresarial que se ha unido nuevamente a él después de la importante revisión del código tributario es firme en que el impulso económico del primer año de Trump en la oficina se desvanecería si el presidente toma medidas drásticas para cerrar las fronteras de los Estados Unidos para el comercio y la inmigración.
En una señal de cuán unida está la comunidad empresarial con la inmigración, el presidente ejecutivo de Apple, Tim Cook, y el presidente ejecutivo de Koch Industries, Charles Koch, que a menudo difieren en política, se unieron recientemente para exigir que el Congreso actúe rápidamente para salvar a los soñadores.
«Este es un imperativo político, económico y moral», escribieron Cook y Koch en un artículo de opinión del Washington Post en diciembre. «En un asunto tan directo como este, estamos firmemente alineados».
El desempleo está en el nivel más bajo desde el 2000, y el desempleo entre la comunidad afroamericana está en un mínimo histórico, con lo cual estaba «tan feliz» el propio Trump la semana pasada. Si bien muchos han señalado que todavía hay un número alarmante de personas, especialmente hombres de entre 20 y 50 años, que se mantienen al margen debido a las adicciones a las drogas u otros problemas, la realidad es que no todas estas personas estarán en condiciones de trabajar, dicen los líderes empresariales. Donohue señaló que el 20 por ciento de las personas que intentan trabajar en la industria de la construcción «no pasan una prueba de drogas y no pueden trabajar allí».
El Congreso tiene hasta marzo para encontrar una solución para los soñadores: inmigrantes que fueron traídos ilegalmente a los Estados Unidos a temprana edad y crecieron en el país. Trump y algunos republicanos quieren ver reformas migratorias más amplias, incluida la construcción de un muro a lo largo de la frontera entre Estados Unidos y México, como parte de cualquier acuerdo para las 690,000 personas actualmente en el programa de Acción Diferida para las Llegadas durante la Infancia de Obama (DACA, por sus siglas en inglés). Además de eso, la Casa Blanca dijo esta semana que los inmigrantes salvadoreños en el país bajo el TPS tendrían hasta septiembre de 2019 para irse o encontrar una manera de obtener un permiso de residencia permanente.
La Cámara dijo que fue alentada por la larga reunión que Trump tuvo el martes sobre inmigración con miembros del Congreso. Neil Bradley, el principal experto en políticas de la Cámara, dijo que sentía que el resultado más productivo de la reunión fue que el presidente reconoció que la inmigración tendrá que avanzar en «fases» y que la primera fase consistió en arreglar a DACA y los inmigrantes salvadoreños.
«No creo que después de todos estos años le digas adiós a todos. No va a suceder», pronosticó Donohue.
(Traducción El Tiempo Latino/El Planeta Media)