El miércoles 2 de agosto, Antonio Mugica, Presidente de Smartmatic, empresa de origen venezolano que provee del sistema de votación al Consejo Nacional Electoral (CNE), y que hoy día tiene su sede principal en Londres, denunció que entre los resultados electorales dados por la máxima autoridad de ese ente electoral, Tibisay Lucena, y las estimaciones de su compañía, existe una diferencia de al menos 1.000.000 de votos.
El CNE afirmó que 8,1 millones de personas acudieron a las urnas el domingo 30 de julio para la elección de una Asamblea Nacional Constituyente, pero la oposición política en ese país —contraria a la votación— sostiene que la cifra está inflada.
Gracias a la existencia de este robusto sistema automatizado de votación es que podemos saber, sin lugar a dudas, que en las pasadas elecciones de la Asamblea Nacional Constituyente hubo manipulación del dato de participación”, aseguró Smartmatic en un comunicado leído por Mugica en Londres.
Según la página de Internet del medio venezolano El Pitazo, esta declaración de la empresa fue el resultado de horas de análisis de los escenarios que enfrentarían de quedarse callados, ante lo que desde un principio observaron como irregularidades en la votación. Estaba en riesgo el prestigio de una compañía, que aun- que nació en Venezuela, hoy en día es internacional y responsable de los procesos de votación en 12 países, entre ellos Brasil, Argentina y EEUU, donde participaron en las primarias del gobernante Partido Republicano.
El Pitazo tuvo acceso a información que revela lo que ocurrió antes de hacer la denuncia.
“Solo horas después de culminado el proceso electoral para la elección de los miembros de la Asamblea Nacional Constituyente, la duda existía entre los directivos y gerentes de Smartmatic. Tal como lo dijo el rector del CNE, Luis Emilio Rondón, ellos sabían de las fallas en las auditorías y el Sistema de Au- tenticación Integral (SAI)”, reseña el medio venezolano.
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Las cifras oficiales inflan los resultados al otorgar al régimen más de 2 millones de votos por encima de las últimas elecciones parlamentarias.
Por ejemplo, conocían que en el centro electoral habilitado por la contingencia en El Poliedro de Caracas, fallaron las máquinas captahuellas.
De acuerdo con la información obtenida, cuando llegaron los resultados de la elección, los representantes de la compañía solicitaron unos permisos para analizar la data recibida en la sala de totalización. Nunca se les permitió realizar tal operación alrededor de esos 8.089.320 votos. Esa cifra les pareció muy extraña.
La mayoría de los 545 miembros de la recién elegida Asamblea Nacional Constituyente juraron el cargo el miércoles 2 de agosto, según el Gobierno de Maduro, y comenzarán a trabajar hoy viernes 4 cuando estén juramentados en su totalidad. La Constituyente se instalará en el Salón Elíptico del Palacio Legislativo, sede del Parlamento.
Tras conocer las acusaciones de Smartmatic, el Presidente de la Asamblea Nacional de Venezuela, Julio Borges, anunció en Caracas que este jueves abrirían una investigación contra Tibisay Lucena, y demás rectoras del CNE, organismo identificado con el oficialismo.
Por su parte, el experto en política Pedro Mario Burelli expresó: En vez de estar cometiendo suicidio colectivo al inscribirse en unas elecciones regionales en un país en dictadura; con cantidades de alcaldes presos; una Asamblea Nacional anulada y declarada hace tiempo en desacato por un Tribunal Supremo de Justicia ilegal y con un Consejo Nacional Electoral (CNE) que acaba de ser reconocido como el ente electoral más fraudulento del mundo, la oposición debería leer esta insólita confesión del Presidente de la Junta Directiva de Smartmatic, Lord Mark Malloch Brown”.Según reseñó el Wall Street Journal, Malloch-Brown expresó: “Creemos que debido a que no hubo observadores en los centros de votación, fue anunciado un número que no tenía relación con el número que habían contado las máquinas. Debió haber sido una rutina hacer una auditoría de huellas digitales para asegurarse que los operadores de las máquinas no permitirían a las personas votar dos veces”.
Burelli agrega que “su explicación es más que clara. Lo que es inexplicable es por qué arriesgaron la reputación de Smartmatic, una empresa muy grande hoy en día, permaneciendo en un proceso donde, hoy admiten, no había ninguna garantía de transparencia y todas las posibilidades de manipulación”.
“Sigo aferrado a mi teoría que la compañía confesó pues supo que varias agencias de inteligencia estaban en posesión de datos internos del CNE y los filtrarían”, agregó Burelli.
El analista concluyó diciendo que espera que la Mesa de la Unidad Democrática, órgano que aglutina a los partidos políticos de oposición en Venezuela, se enfoquen en esta evidencia y no “en la demencia de jugar política partidista con el sacrificio de millones de venezolanos”.
Lea el artículo completo de César Batiz en www.elpitazo.com
