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Cristiano Ronaldo y Lionel Messi son dos jugadores “muy competitivos”. Así lo dice una nota publicada en los últimos dias por la sección deportiva de elPeriódico.

Leo y CR7 no pueden estar quietos por mucho tiempo ni por una lesión, ni por una necesidad de descanso. Ellos quieren jugar siempre, todos los partidos y todo el tiempo.

Ese es uno de los factores que los catapultó hasta ser las estrellas más brillantes en el mundo del fútbol actual, además de lo que implica su calidad suprema innata.

Cristiano es un dechado de energía y entrega permanente dentro del campo, como prototipo del futbolista moderno, de grandes dotes técnicas con una capacidad física descomunal para desequilibrar por potencia.

Leo es un dechado de talento futbolistico al más puro estilo del “potrero argentino” de antaño (las canchas en terrenos baldíos, ya casi desaparecidas en todo el mundo), con una habilidad y toque sublimes, aunado a un potencial físico también excepcional: su arranque y aceleración son vertiginosos. Y por eso, por su habilidad y picardía técnica “clásica”, y por su pasmosa velocidad de pensamiento y ejecución, es otro prototipo del futbolista moderno con energía física más que suficiente para hacer valer su genio técnico. Por eso el argentino es el jugador más desequilibrante del mundo, incluso consideraríamos que una grada por arriba del portugués.

¿Y por qué Messi y Cristiano son tan inconmensurables en su estrellato, y los mejores futbolistas del momento desde hace un buen rato? Porque siempre juegan verdaderamente “con todo”. Siempre quieren ganar, siempre intentan –y logran– rendir al máximo en el terreno de juego, ¡y siempre buscan estar al máximo de sus capacidades deportivas (físicas y técnicas)!


Carlos Ruiz, el mejor

Con el Pescado Carlos Ruiz, por supuesto, tenemos que salvar las distancias. Es quizás el jugador más exitoso de nuestro fútbol (aunque en talento futbolístico nombres como Óscar Sánchez, Jorge Roldán, Juan Carlos Plata, cada uno en su estilo de juego, no se quedan nada atrás).

Pero Carlos es algo más cercano al Diego Maradona que endiosaron toda la vida en el fútbol de Argentina, con todas sus cualidades y defectos.

Y como el Pelusa, Carlos Ruiz externa su deseo de ser conductor de la Federación de Fútbol de Guatemala, tras una trayectoria futbolística legendaria.

Aunque reconozcámoslo, el Pescadito, como Diego, pudo ser aún más “grande” como deportista (en toda la extensión de la palabra) y le habría dado mucho más al fútbol de Guatemala –en victorias, clasificaciones y títulos– si tan solo hubiera tenido la exigencia y la entrega a su preparación, y el derroche de ganas y capacidades físicas y técnicas dentro del campo de, por ejemplo, Cristiano Ronaldo y Lionel Messi. O de Pelé, o de Franz Beckenbauer, o de cualquier gran jugador de cualquier época…

A Diego se le adora en Argentina por su genio futbolístico, pero aprendieron a no creerlo el más versado para juzgar al balompié argentino, aunque siempre se respetarán y se buscarán sus opiniones. Sin embargo, ni se le considera el mejor para dirigirlo en su Selección Mayor, ni para conducirlo en la actualmente descalabrada Asociación del Fútbol argentino (AFA).

Vía El Periodico/www.diariorepublica.com

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