Con la victoria de Joe Biden en las elecciones de noviembre de 2020, el Partido Republicano inició un sinfín de estrategias no solo para bloquear las futuras políticas del ahora presidente, también para controlar aún más las votaciones en algunos de sus estados.
Hasta el 24 de marzo, los legisladores republicanos habían presentado en 47 de 50 estados un total de 361 proyectos de ley con «disposiciones restrictivas». Pero, cinco semanas después la BBC reseñó que el número de proyectos de ley había aumentado con otros 108 proyectos.
Las medidas comenzaron a aprobarse; y en estados como Georgia y Florida la imposición pasó de ser una discusión a un hecho. En ambas las características principales fueron otorgar a la legislatura un mayor control en el proceso; pero en Georgia la ley hacía énfasis en acciones como «prohibir dar agua a alguien que hace la fila para votar», mientras que en Florida se buscó negar el acceso a los buzones especiales para votar. En Wisconsin los legisladores proponen hacerle el trámite más complejo a los votantes discapacitados.
Pero, para los republicanos Texas significa el «último gran campo de batalla» dentro de los esfuerzos del partido para endurecer las leyes electorales, una campaña que inició y se ha reforzado con las acusaciones del expresidente Donald Trump y su mensaje de unas «elecciones robadas».
Sin embargo, las características de la legislación en el estado sureño superaba por creces las aprobadas en otras entidades, lo que provocó un rechazo mayor entre los demócratas y sus seguidores.
CLAVE 1: La razón
Pese haber asegurado en 2020 que el sistema electoral de Estados Unidos era seguro, tras la derrota de Trump los legisladores republicanos en Texas han argumentado que el proyecto de ley es necesario para reforzar la confianza de los votantes.
Con este argumento los republicanos elaboraron una legislación que avanzó rápidamente en el Senado, para dar con una versión final del mismo y la cual fue elaborada por los representantes del partido a puerta cerrada.
CLAVE 2: Características
La legislación impone obstáculos a la emisión de votos por correo, una de las características principales de la lucha. Además refuerza las sanciones civiles y penales para los administradores electorales, los votantes y quienes buscan ayudarlos.
Además, según The Washington Post, la ley penalizaría a aquellos funcionarios electorales que manden solicitudes de boletas electorales por correo no solicitadas, «empoderaría a los observadores electorales partidistas y prohibiría prácticas como buzones y votaciones en autoservicio, lo cual se popularizaron en el condado de Harris, fuertemente demócrata, el año pasado».
CLAVE 3: ¿Cómo afecta a los votantes?
La nueva legislación prohibiría horas para realizar las votaciones de manera anticipada durante las mañanas de los domingos. Esto impacta principalmente en el voto de la comunidad de feligreses afroamericanos.
La elección puede ser anulada sin evidencia necesaria de un fraude. Es decir, solo se debe presentar que se emitieron una serie de votos de forma ilícita y que los mismos son suficientes para marcar una diferencia en el proceso.
CLAVE 4: Un logro fugaz
Tras una jornada que se extendió hasta casi la medianoche, los legisladores demócratas abandonaron el pasado 31 de mayo la sesión de la Cámara de Representantes, una acción que no le permitió a los republicanos aprobar el proyecto de ley por la falta de quorum necesario para hacerlo.
Sin embargo, aunque el partido ganó tiempo, el gobernador de Texas, Greg Abbott, anunció que convocaría una un encuentro especial para tratar de aprobar la legislación, informó AP.
Hasta ahora se desconoce cuándo será el día en el que el proyecto de 67 páginas cambie las reglas del juego en las votaciones del estado.