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Martha Bebinger/WBUR

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Al inicio de la pandemia surgieron muchas bromas relacionadas con el confinamiento y las parejas que, encerradas en casa con algo de tiempo libre, podrían producir un baby boom. Pero algunos expertos previeron lo contrario, aproximadamente un 10% menos de nacimientos a medida que aumentaba el desempleo junto con los números del coronavirus. De momento, las cifras del estado sugieren que el pronóstico fue correcto.

Desde noviembre de 2020, cuando posiblemente se comenzó a ver el impacto de las decisiones relacionadas con la pandemia, hasta febrero de 2021, los nacimientos en Massachusetts disminuyeron un 9% en comparación con el mismo período hace un año. Han subido un 2% en marzo.

Gráfica basada en datos preliminares compilados el 15 de abril de 2021. (Fuente: Massachusetts Department of Public Health)

Emily Boyle, de Nahant, ha estado esperando por que su familia crezca. Desde pequeña, Boyle deseaba que ella y su hermano menor hubieran tenido una edad más cercana. Entonces, a principios de 2020, justo después de que su hijo cumpliera dos años, Boyle y su esposo comenzaron a hablar sobre tener otro hijo.

«Hemos estado posponiendo las cosas», dijo Boyle. «(Desde que inició la pandemia) cada cierto tiempo, reevaluamos la situación COVID y ,ahora, un año después, todavía lo seguimos haciendo».

La principal preocupación de Boyle es el aislamiento. Sus padres viven cerca, pero no la han visitado. El esposo de Boyle viaja constantemente por trabajo.

«Era una especie de miedo, ‘en qué nos estamos metiendo'», recuerda Boyle preocupada. «Voy a estar sola y no voy a tener ninguna ayuda».

Los temores de Boyle se repiten en muchas parejas que están considerando quedar embarazadas durante la pandemia y de muchos nuevos padres. Las tasas de depresión posparto casi se duplicó en la primavera y el verano pasado, según una encuesta realizada por el Brigham and Women’s Hospital.

Desde principios de abril, tanto Boyle como sus padres están vacunados. Para ser más cauteloso, Boyle esperará un par de meses para luego comenzar a intentar quedar embarazada. Espera que otra oleada del COVID-19 no interfiera con su plan.

«No he estado viendo muchas noticias. No sé si eso es algo bueno o …», Boyle hace una pequeña pausa al hablar y con una risa nerviosa cierra explicando: «No quiero escuchar demasiado sobre nuevas variantes ni nada, porque, eh, sí».

Emily Boyle se sienta con su hijo Rowan de tres años en su patio trasero. (Jesse Costa / WBUR)

El profesor de economía de Wellesley College, Phillip Levine, cuyo trabajo estimó la caída del 10%, actualizó el pronóstico en diciembre a un descenso del 8%. Levine dice que, hasta ahora, parece que él y su coautor están en lo correcto.

«Las cifras que estamos viendo en Massachusetts, Florida y California tienen esa diferencia actualmente», indicó Levine.

Levine dijo que no espera ver un repunte significativo este año o el próximo.

«No es como, habrá menos nacimientos este año, más nacimientos el año que viene y todo se igualará. No creo que eso sea lo que pase», comentó.

Varias mujeres entrevistadas para esta historia, que pidieron no ser identificadas, parecen confirmar la predicción de Levine. Una mujer que cumplirá 39 años el próximo mes todavía está preocupada por los efectos de la pandemia y no está segura de cuándo se sentirá lista para formar una familia. Otra había planeado empezar a intentar quedar embarazada ahora, pero su esposo, que trabaja en un restaurante, todavía no tiene muchos ingresos.

En las salas de parto de los hospitales de Massachusetts, el panorama es variado.

«Definitivamente estoy viendo un aumento, al igual que mis colegas», señaló la Dra. Katie Davis, obstetra-ginecóloga en Newton.

Davis percibió una caída significativa durante el invierno, pero eso cambió en marzo. Davis señaló no estar segura de lo que está pasando, pero tiene una teoría.

«En el verano se registró una caída en los números de COVID”, comentó. «Creo que algunas personas se sentían un poco más seguras acerca de temas como el empleo, y se cansaron de poner su vida en espera».

Ahora, nueve o diez meses después, Davis no duerme mucho.

«Creo que las mujeres y familias se dieron cuenta de que tenían que seguir viviendo sus vidas y que esto podría ser una pandemia de larga data».

DR. NAWAL NOUR, HOSPITAL BRIGHAM AND WOMEN’S

La Dra. Nawal Nour, jefa de obstetricia y ginecología en Brigham and Women’s, escuchó cosas similares de sus pacientes después del primer aumento del COVID.

«Creo que las mujeres y familias se dieron cuenta de que tenían que seguir viviendo sus vidas y que esta podría ser una pandemia de larga data», dijo Nour.

El Brigham tuvo una caída invernal, pero Nour no espera que la pandemia afecte las tasas de natalidad en el Brigham en general.

Las clínicas de tratamiento de infertilidad en el área de Boston, que tienden a tener pacientes con mayores ingresos, indicaron que nunca han estado más ocupadas. Algo de eso se debe a que las clínicas se cerraron durante el primer aumento en Massachusetts y tuvieron que reprogramar las citas perdidas. Pero el director médico de Boston IVF, Michael Alper, comentó que la demanda es inesperadamente alta.

«Nos preocupaba que con la pandemia, muchas parejas pusieran las cosas en suspenso, pero de hecho ha sido todo lo contrario», dijo Alper. «Las parejas que han tenido dificultades, cuando han estado en casa pensando en las prioridades y lo que esencialmente importa de la vida se han decidido por el tratamiento».

El panorama es muy diferente en el Boston Medical Center, donde los nacimientos han disminuido aproximadamente un 20%, más del doble de la tasa estatal. El jefe de obstetricia y ginecología del hospital, el Dr. Aviva Lee-Parritz, señaló que eso nunca había sucedido antes.

«Si alguien dijera que no estaba preocupado, estaría mintiendo», dijo Lee-Parritz sobre el impacto en los pacientes, los servicios hospitalarios y los ingresos.

“Quizás ese daño sea irreparable. Tal vez pase mucho tiempo antes de que las personas de esta comunidad sientan que sumar integrantes a las familias sea una buena idea. No sé.»

DR. AVIVA LEE-PARRITZ, CENTRO MÉDICO DE BOSTON

Según Lee-Parritz la disminución en el número de nacimientos es solo el último aspecto con el que el COVID-19 golpeó a sus pacientes de bajos ingresos, algunos de los cuales han perdido trabajos, viviendas o seres queridos.

«Hay tantas cosas que están en juego en nuestra comunidad», dijo. «Quizás ese daño sea irreparable. Tal vez pase mucho tiempo antes de que las personas de esta comunidad sientan que sumar integrantes a las familias sea una buena idea. No sé».

Los partos no han disminuido en todas partes. El Brockton Neighborhood Health Center, por ejemplo, no ha visto muchos cambios con respecto a los nacimientos durante la pandemia. Aunque Michelle Hoffman, la enfermera partera principal del centro, consideró que aún es temprano para hablar de esto.

«No vamos a ver un verdadero cambio en la tasa de natalidad hasta los próximos meses», indicó. 

Cuando los nacimientos se reducen, se podría esperar ver un aumento en las solicitudes de anticonceptivos o abortos. Planned Parenthood señaló que ese no es el caso. Pero la Dra. Jennifer Childs-Roshak, directora ejecutiva y presidenta de Planned Parenthood de Massachusetts, dijo que sí se están viendo algunos cambios.

Es más probable que los pacientes en los últimos 12 meses prefirieran solicitar un método anticonceptivo de acción prolongada como los DIU y buscaran píldoras para abortos médicos en lugar de quirúrgicos, indicó. Pero las solicitudes de todos los servicios familiares son estables, no aumentaron. Planned Parenthood también experimentó un aumento en las personas que buscan atención después de un aborto espontáneo.

«La idea comenzar a formar una familia, o si sumar un miembro a la familia, el momento correcto para hacerlo, todas esas cosas se convierten en decisiones muy importantes para las personas en momentos como este».

DRA. JENNIFER CHILDS-ROSHAK, PLANNED PARENTHOOD DE MASSACHUSETTS

Childs-Roshak dice que no le sorprende ver una caída en las tasas de natalidad durante una época de angustia económica y social.

«La idea comenzar a formar una familia, o si sumar un miembro a la familia, el momento correcto para hacerlo, todas esas cosas se convierten en decisiones muy importantes para las personas en momentos como este», aseguró Childs-Roshak.

Incluso una caída a corto plazo en los nacimientos podría tener un efecto dominó. El director ejecutivo de la Asociación de Comités Escolares de Massachusetts, Glenn Koocher, dijo que podría afectar la plantilla de personal y construcción, temas que los distritos apenas están comenzando a discutir.

«Son temas que resaltarán en la agenda a partir de septiembre cuando empecemos a salir del COVID y comencemos a pensar en lo que vamos a hacer en el futuro», indicó, «y en cómo lucirán los próximos cinco años».


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