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Entre la incertidumbre y la esperanza, Guaidó llegó a Caracas para marcar la nueva agenda

A las 12:21 del mediodía, el diputado a la Asamblea Nacional de Venezuela, Juan Andrés Mejía, se paró para anunciar a los presentes que Juan Guaidó, presidente encargado juramentado el pasado 23 de enero y reconocido por más de medio centenar de países, había logrado ingresar al país y que además pasó la temida policía migratoria.

La euforia de una sociedad que se concentró en la plaza Alfredo Sadel de Caracas a la espera de este hecho se hizo sentir inmediatamente. Par de horas después, mientras hablaba la diputada Delsa Solorzano, se sintió la intranquilidad de la multitud y la parlamentaria preguntó «¿Ya sabemos que está llegando verdad?».

Inmediatamente empezaron los gritos de los presentes y Solorzano concluyó: «Bienvenido a casa Juan Guaidó, nuestro presidente encargado de Venezuela».

«Gritemos con brío, muera la opresión»; con este verso del himno nacional de Venezuela Guaidó inició un emotivo discurso en la concentración que se realizó para darle su bienvenida al país. Exaltado, preguntó a los presentes «¿Hay un ápice de miedo?», el público contestó con un contundente «no».

Durante las horas de la mañana, se respiraba gran tensión en territorio venezolano. La justicia del régimen de Nicolás Maduro había emitido en el pasado una prohibición de salida del país a Guaidó. A pesar de esto, el joven político había logrado burlar a las fuerzas saliendo por la frontera con Colombia el pasado 22 de febrero.

Guaidó logró asistir al Venezuela Aid Live e inició una gira por varios países de Latinoamérica que lo recibieron con honores presidenciales. A pesar de las amenazas del régimen, el presidente encargado anunció su regreso para el lunes 4 de marzo y lo hizo además por el principal aeropuerto internacional del país.

Bajo este escenario, el parlamentario desafió en su discurso una vez más, enviando un mensaje al régimen sobre las Fuerzas Armadas del país: «Es evidente que luego de las amenazas, alguien no cumplió (…) la cadena está rota».

Mostró su pasaporte, evidenciando los sellos de salida y entrada a Venezuela dando fe de lo que estaba diciendo y ratificó «aquí está el presidente encargado de la República de Venezuela».

Por otro lado, dio la ruta para lograr el «cese a la usurpación» de Maduro, que es el primer punto de su plan para el país, aclarando que desde la sociedad civil se deben realizar más movilizaciones, iniciando este martes con una marcha de empleados públicos y sindicatos. También llamó a otra manifestación para el sábado sin dar más detalles.

«Aquí estamos y estamos más fuerte y unidos que nunca (…) Hay solo una cosa que vence el odio, y no es el odio, es el amor».

Finalmente, aunque reconoció que el intento de entrada de la ayuda humanitaria el pasado 23 de febrero fracasó, aseguró que la cooperación internacional también será parte fundamental en la recuperación de la democracia del país y que tiene el apoyo de la misma para seguir el proceso.

El también presidente de la Asamblea Nacional quiso hacer un especial reconocimiento al cuerpo diplomático de Venezuela, que esperó su llegada al aeropuerto, a los presidentes de los países que lo recibieron, y sobre todo, unas emotivas palabras dedicadas a su esposa, Fabiana Rosales, por acompañarlo en este trayecto.

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