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Es posible que a medida que va llegando el invierno te sientas más cansado y con menos ganas de hacer las cosas. Seguramente tu actividad social disminuye en esta época del año e, incluso, es posible que tengas más ganas de dormir y menos de hacer deporte o de salir de excursión.

Estos pequeños cambios en su estado de ánimo pueden ser las señales de alarma que indican que están ante la llamada “depresión invernal”.

La depresión invernal, más conocida en el ámbito clínico como Trastorno Afectivo Estacional (TAE) es un trastorno bastante frecuente que suele suceder sobretodo en otoño e invierno y que desaparece o mejora a medida que va entrando la primavera y los días vuelven a hacerse largos.

El TAE se da tanto en adultos como en niños y adolescentes. Los síntomas más comunes son: falta de energía vital, incapacidad para disfrutar, cambios en el estado de ánimo, trastornos en el sueño, dificultad de concentración, dificultad para tomar decisiones e inseguridad, entre otros.

Queremos darte algunos consejos para enfrentarte al duro invierno sin temor a que tu estado de ánimo se apague como los días.

1. Aprovecha las horas de luz

Aunque el día sea más corto puedes sacarle mucho partido a las horas de sol. Intenta poner el despertador un poco antes y actívate con la salida del sol. Puedes programar un buen desayuno mientras ves como amanece, salir a caminar o sacar a pasear al perro acompañado de los primeros rayos de sol del día.

Lo importante es que puedas aprovechar al máximo durante las horas de sol, porque cuando anochezca tu cuerpo empezará a generar melatonina, la denominada hormona del sueño. Cuando esto suceda tu nivel de actividad tenderá a descender y te sentirás más cansado y con menos ganas de hacer cosas.

Es por ello por lo que, durante el invierno, es especialmente importante aprovechar las horas de sol al máximo para hacer todo lo importante y dejar para las horas de noche aquellas cosas que no requieren tanta atención ni concentración.

Un consejo: si estás trabajando o en casa y ves un rayo de sol aparecer por la ventana, tómate cinco o diez minutos para acercarte y sentir su calor en la cara y el cuerpo. Parece una tontería, pero te ayudará a sentirte mucho mejor y más cargado de energía durante el día.

2. Mantén una vida social activa

Es cierto que durante el verano el sol y el calor acompañan más a que salgamos de casa y tengamos más ganas de socializar. Pero no podemos dejar que el frío y oscuro invierno nos aleje de una vida social activa.

Aprovecha los días fríos para quedar con amigos o familiares en casa de alguno de vosotros, podéis simplemente ver una película juntos, charlar un rato o jugar a cualquier juego de mesa que se os ocurra.

Es importante para combatir los síntomas depresivos tener a alguien con quien poder hablar de las sensaciones y los sentimientos que se producen. No temas expresar tu malestar con la gente que te rodea, lo más probable es que te sientas sorprendido al ver que muchos de ellos se sienten más o menos como tu.

3. Incrementa tu actividad física

Son innumerables los beneficios que el ejercicio físico tiene sobre el cuerpo y la mente. Mejora el estado de salud general de la persona, su resistencia, su capacidad de respiración y, por supuesto, mejora el estado de ánimo.

Así pues, a pesar de que con el frío no apetezca salir a la calle es importante que mantengas una cierta dinámica de actividad física en tu día a día.

Son muchos los ejercicios que puedes hacer en casa, sin necesidad de salir a la calle: subir y bajar escaleras o bailar pueden ser dos buenos ejercicios que te proporcionarán una sensación agradable.

4. Aliméntate bien

Para mantener la temperatura el cuerpo necesita combustible, y ese combustible lo proporcionan los alimentos que ingerimos. En invierno, pues, será imprescindible que nos alimentemos de una forma variada y adecuada.

No te dejes llevar por el hambre ni por la desgana, intenta comer de una forma regular todos los días e incluye en tu dieta alimentos de todo tipo, de una forma equilibrada. Si necesitas ayuda para configurar un buen menú adaptado a tus necesidades puedes solicitarla a un experto en dietética y nutrición.

5. Establece una rutina de sueño

Antes comentábamos la importancia de levantarse pronto. Pero para que ello sea posible sin dejarnos la salud durmiendo poco, debemos tener una rutina de sueño establecida que nos permita descansar las horas que requiere nuestro cuerpo.

No hay unas horas en concreto que se deban dormir, aunque de sobras es conocido aquello de que debemos dormir unas ocho horas al día. Lo cierto es que cada persona tiene unos ritmos y unas necesidades diferentes. Si durmiendo 6 horas te sientes descansado, fantástico. Si necesitas dormir 9, organízate para acostarte más pronto y poder levantarte bien temprano por la mañana.

Es importante que intentes acostarte y levantarte cada día a la misma hora, de esa manera favorecerás tu higiene del sueño y te será mucho más fácil dormir y te levantarás mucho más descansado.

6. Ponle color a tu vida

En invierno todo se vuelve gris. Desde el cielo hasta nuestro armario y todos los complementos.

No dejes que los tonos oscuros se apoderen de tu día a día. Cuando te vistas por la mañana no olvides ponerte un complemento o una prenda de ropa de color, cuando te mires al espejo la imagen que verás no será la de una persona gris y apagada, el color le dará brillo a tu apariencia.

Incorpora también el color a tu casa. Crea un ambiente relajado pero que incluya algún color llamativo. Decora el salón con un ramo de flores naranjas o fucsia, o cambia la cortina del baño y atrévete con un color verde pistacho.

Piensa que durante el invierno vas a pasar más horas en casa por lo que, encontrar colores en cada una de las estancias te ayudará a ver la vida más alegre.

7. Acepta tus sentimientos

No pasa nada si te sientes triste o algo decaído. Durante el invierno, como hemos visto, puede ser algo normal. No te agobies.

Si sientes que estás un poco más bajo de ánimos últimamente, prueba a llevar a cabo todos estos consejos que te hemos propuesto. Si aún así sientes que no mejoras, puedes acudir a un profesional que te ayude a trabajar para recuperar tu estado de ánimo.

Puedes buscar un experto en nuestra guía de psicólogos colegiados. Encuentra el que más se adapte a ti.

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