Mercedes McKinley es voluntaria de EcoMadres
Nuestra comunidad de Nevada recibe con los brazos abiertos la financiación federal de casi 8 millones de dólares, otorgados para la compra de nuevos autobuses escolares eléctricos. Esta noticia da esperanza a los que residimos en este estado, y a su vez, nos hace conscientes de un problema que usualmente no se discute: cómo la mala calidad del aire afecta desproporcionadamente a la comunidad latina.
El área conocida como el Este de Las Vegas, por ejemplo, donde más del 60 por ciento de los habitantes son latinos, es una de las áreas más expuestas a los efectos de la mala calidad del aire. Eso se debe a la falta de áreas verdes, contaminación proveniente de autopistas y niveles de ingreso inferiores a los del resto de la ciudad.
Gracias a mi trabajo como activista por la justicia ambiental, he sido testigo de cómo se discute entre vecinos el tema de la contaminación y los crecientes casos de asma, como si fuera ya costumbre o parte de sus vidas. Es el precio que pagamos las familias latinas por vivir en estas zonas, donde los recursos para enfrentar la crisis climática son escasos.
En lo personal, recuerdo que mi primer hogar en Las Vegas estaba ubicado al noreste de la ciudad, a tan sólo una cuadra de la autopista I-15. Allí estábamos constantemente expuestos a los gases de escape de los automóviles, los cuales contribuyen en gran medida al calentamiento climático y están asociados con numerosos daños para la salud. En la década de los años 80, nuestro vecindario tenía una de las tasas de asma más altas de la ciudad, debido al tráfico intenso y al smog. Sin exagerar, la mayoría de personas latinas con las que he hablado recientemente, tienen asma o conocen a un familiar que padece de esta enfermedad.
Años después, nuestra familia pagó el precio de vivir en esta zona durante la pandemia del COVID-19. Mi padre y yo nos enfermamos, y aunque yo logré recuperarme, los años de contaminación del aire al que estuvo expuesto mi padre, le causaron daños cardiovasculares y él falleció dos meses después de contraer el virus.
Los latinos en Las Vegas hemos sufrido mucho, pero hoy tenemos esperanza de un mejor mañana. El programa de Autobuses Escolares Limpios de la Agencia de Protección Ambiental de Estados Unidos (EPA), marca un paso significativo hacia un futuro con aire más limpio en nuestros vecindarios. En total, Nevada obtendrá fondos para comprar 25 autobuses eléctricos, para así reemplazar algunos de los autobuses escolares a base de diésel.
Además, el hecho de que estos autobuses eléctricos lleguen específicamente a nuestros condados de Douglas, Elko, Lander, Lyon y a Carson City, donde existe la
mayor concentración de latinos y donde históricamente se nos ha dejado desamparados, nos hace sentir optimismo. Esta es una herramienta que logrará mitigar la crisis de la calidad del aire, y mejorará la calidad de vida de muchas familias latinas.
Me enorgullece hablar hoy por mi comunidad latina y pedirle a los legisladores y funcionarios públicos que continúen apoyando estas leyes, ya que ayudan y traen recursos a comunidades que nunca han recibido este tipo de apoyo. La Ley de Reducción de la Inflación (IRA), la cual es la legislación climática más grande en la historia de los Estados Unidos, ofrece incentivos para que estados como Nevada reduzcan la contaminación del aire e inviertan en transporte público sostenible. Llegó la hora de aprovechar este tipo de legislación, para lograr justicia ambiental y proteger el futuro de nuestras familias latinas. ¡Juntos podemos lograr un cambio!