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Compra arándanos o cerezas y ayuda a los trabajadores del campo a cumplir su sueño

Claudia Ginestra

Los trabajadores del campo son los que hacen posible que los alimentos lleguen a tu mesa, pero muchas veces su trabajo no es bien remunerado y no tienen los recursos para cumplir sus sueños. Con la idea de ayudar a los trabajadores del sector, nació la empresa “Thnx! Dreams”, que comercializa arándanos y cerezas bajo la premisa de que un porcentaje de sus ventas se otorga a los campesinos.

Raúl Fernández, costarricense-argentino y Co-fundador de la empresa radicada en Florida, cuenta que él y su socio tienen experiencia en la industria de alimentos y que por ello quisieron emprender con una empresa dedicada a la agricultura que tuviese un impacto social importante. “Queremos promover la dignidad de los trabajadores rurales. Usamos el 20 por ciento de las ganancias para cumplir los sueños de los agricultores. Cada producto tiene una foto y un código QR en donde puede ver el video y el sueño del trabajador que realizó su producto”, contó Fernández. Actualmente, la empresa trae cerezas y arándanos desde distintas partes del mundo, desde Canadá hasta Argentina.

Los clientes han tenido reacciones muy positivas al ver las historias de los trabajadores. “Generalmente forman un vínculo emocional con el trabajador y quieren involucrarse con la causa y ayudarlos”, contó. “Generalmente, los trabajadores de campo tienen problemas en cuanto a la construcción de sus casas, mala infraestructura, problemas con el agua, y muchas veces sus sueños están relacionados a la construcción de un techo, un baño o una habitación. También hemos observado problemas en cuanto a la estabilidad del trabajo, porque la sembradía depende las temporadas, entonces los ayudamos a montar emprendimientos para que puedan trabajar en los momentos en los que no sea temporada alta. Por otro lado, hay necesidad médica, no por parte de los trabajadores, sino de algún familiar de ellos al que quieren ayudar”.

Fernández cuenta la historia de una trabajadora de campo en la Patagonia, Argentina, quien tiene un sobrino con distrofia muscular, por lo tanto, no puede caminar. El niño recibió una silla de ruedas que estaba dirigida a niños de 8 años, pero él tiene 13 años y realmente la silla no era de su talla. Además, la silla no era resistente para el pueblo donde vivía en el que los suelos son de tierra. La empresa ayudó a este niño a comprar una silla eléctrica con grandes ruedas, y el joven pudo comenzar a salir más a la calle. Sorprendentemente, se anotó en el equipo de paraolímpicos de basquetbol en el barrio y le ha ido muy bien.  “Ahora es un héroe en el pueblo”, dice Fernández.

Para el futuro, la empresa tiene como meta ayudar a 1000 trabajadores y quieren expandir la oferta de productos con cítricos como mandarinas y limones. También quieren producir peras. “Gran parte de los agricultores son latinos y queremos seguir ayudando a nuestra comunidad”, finalizó Fernández.

Puedes leer más sobre esta iniciativa en esta página web.

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