El año 2020 volvió a sumar otro capítulo oscuro. Este miércoles, el exfutbolista argentino Diego Armando Maradona murió a los 60 años de edad tras sufrir un paro cardiorrespiratorio. El campeón del mundo en 1986 siempre fue noticia, para bien o para mal tanto dentro como fuera del gramado. Separar al futbolista del hombre es imposible, de ahí las reacciones a favor y en contra de su figura una vez se conoció su fallecimiento.
Todo comenzó en sus primeros años de vida, cuando desde Villa Fiorito, ubicada en el conurbano bonaerense y donde nació y creció, dio sus primeros pasos en el balompié. Siempre ofensivo, se ganó un puesto en las categorías infantiles de Argentinos Juniors, club con el que ascendió rápidamente.
Su desarrollo en etapas inferiores no duró mucho, a solo días de cumplir los 16 años fue convocado para el equipo grande de El Bicho. Entre regates, asistencias y goles, ese adolescente envalentonado se ganaría el llamado con la selección argentina. Corría el año 1978, calendario de gloria y dolor.
Desde casa
La primera polémica sobre su figura no llegó por acciones propias sino por decisión del aquel entonces entrenador de la Albiceleste, César Luis Menotti, quien lo consideró muy joven para asistir al Mundial que precisamente organizaba su país; sin embargo, la situación quedó atrás luego de que de la mano de Mario Alberto Kempes Argentina alzó su primera Copa del Mundo.
Cada vez más maduro sobre el césped, Maradona sumó goles y goles con Argentinos Juniors, situación que llamó la atención de otros clubes, varios de ellos fuera de su país; no obstante, en 1981 se decantó por Boca Juniors. Con el combinado Xeneize, el volante ya era más que conocido en la liga local. A pesar de protagonizar algunos altercados con entrenadores que pasaron por el banquillo de la Bombonera, su fútbol no desentonó y guió a los suyos al título de 1981.
Pero la situación económica de Boca Juniors le abrió la puerta de salida, fichando por el Barcelona de España un año después.
En el Viejo Continente
Tras una campaña de debut marcada por una hepatitis que lo alejó de la parte final de la temporada de 1982, Maradona volvió con más ambición la próxima temporada, con Menotti como entrenador del conjunto blaugrana, sumando la Copa del Rey y la Copa de la Liga, ambas coronaciones frente al Real Madrid en el juego por el título.
El calendario de 1984 se convirtió en su última campaña con el uniforme blaugrana, un almanaque marcado por el fracaso en tanto en la liga como en la Copa del Rey, siendo superado en ambas instancias por el Athletic de Bilbao. Todo terminó para él con una pelea en la que cruzó golpes e insultos con Miguel Ángel Sola, viéndose obligado a cumplir con una sanción de tres meses fuera de las canchas españolas.
Ese hecho lo llevó a tomar sus maletas y defender los colores del Napoli italiano, donde tras un arranque lleno de irregularidades el equipo logró reponerse y así evitar el descenso. Aquel torneo lo vio terminar en el tercer puesto de la tabla de goleadores.
Dicha actuación llevó a la gerencia del club a sumar nuevas piezas para impulsar las opciones de título. Así, en la 85-86 el tercer puesto de la clasificación les brindó un boleto a la Copa UEFA.
Campeón del mundo
El inicio de la campaña 86-87 estuvo precedido por el Mundial de México, donde la figura de Maradona se consagró como el mejor jugador del momento. El torneo tuvo en el banquillo argentino a Carlos Salvador Bilardo, quien juntó a Maradona con otros elementos como Jorge Valdano, Sergio Goicoechea, Jorge Burruchaga y Pedro Pasculli, entre otros.
La Albiceleste contaba con el futbolista del momento, un tipo incansable a quien era difícil derribar. Eso, en territorio azteca, fue imposible. Luego de una exitosa fase de grupos, la prueba de fuego para el cuadro suramericano fue medirse a Inglaterra.
En el estadio Azteca, la disciplina vivió un antes y un después. El escenario fue epicentro de una tarde histórica, donde Maradona marcó los dos tantos que le dieron a los suyos el pase a semifinales, uno cargado de polémica que fue bautizado como La Mano de Dios, y otro de alta factura que le valió ser reconocido como el gol del siglo. En este último, la corrida del 10 desde su propio campo lo llevó a dejar en el camino hasta a seis rivales. Hay tantos que quedan grabados en la memoria colectiva del fanático del deporte, este es uno de esos.
La final de dicho Mundial se celebró el 29 de junio, cuando Argentina derrotó a Alemania Federal, con la consagración del mediocampista en la arena futbolística.
Alimentando la leyenda
El buen momento prevaleció en Italia, donde la 86-87 vio al Napoli sumar su primer título de Liga, además de la Copa doméstica. El alto nivel llamó la atención del poderoso Milan; sin embargo, decidió quedarse en San Paolo y renovó su contrato hasta 1993.
En ese proceso de crecimiento en Europa, otro trofeo de enorme talla se sumó a su palmarés. En la 89-90, a pesar de no haber obtenido el Scudetto, el Napoli se consagró en la COpa UEFA, cita en la que superaron en la gran final al Stuttgart alemán.
Debacle
En el Mundial de Italia 1990, Argentina quedó a una victoria del título; no obstante, ese acercamiento al éxito se tradujo también en el comienzo del recorrido por una pendiente en descenso que marcó el punto final de la carrera de Maradona.
En 1991, el argentino dio positivo en un control antidopaje, en el que dio positivo por cocaína. El castigo por parte de la Federación Italiana de Fútbol fue una suspensión de 15 meses. El episodio lo llevó a trasladarse a su país, donde en marzo fue detenido luego de que la policía allanara su residencia. Ahí, los uniformados encontraron drogas y, aunque no fue procesado penalmente, se le ordenó entrar en rehabilitación.
Su polémica en Italia derivó en su despido de Napoli. Desde España, el Sevilla se hizo con sus servicios, uniforme que defendió entre 1992 y 1993. Luego de esa pasantía regresó a Argentina, donde fichó por Newell’s Old Boys.
Su misión no era otra sino prepararse para el Mundial de Estados Unidos 1994, cita a la que fue convocado. Tras dos choques en la fase de grupos, volvió a dar positivo por varias sustancias prohibidas, en un adiós gris del fútbol por selecciones.
Aunque aseguró que todo esto se concentraba en un medicamento usado para la gripe, no había nada que hacer, la FIFA le impuso una suspensión por 15 meses, empujándolo así al final de su carrera.
El uniforme de Boca Juniors fue el último que vistió, con más pena que gloria y marcado por episodios de adicción y problemas con los dirigentes de la organización.
Fuera de la cancha
El Maradona llamativo no solo fue el deportista. También fuera del balompié hizo ruido. Su acercamiento y admiración a líderes políticos de izquierda lo convirtió en objeto de críticas. Fotos junto a extintos políticos como el cubano Fidel Castro y el venezolano Hugo Chávez dieron la vuelta al mundo.
Los episodios se cruzaban con crisis de salud caracterizadas por problemas vinculados a los excesos. El argentino era víctima de la hipertensión, situación que lo llevó más de una vez a la sala de emergencias, como en el año 2000, cuando estuvo en terapia intensiva en Uruguay.
El sobrepeso también sumó, obligándolo a ser intervenido en el año 2005.
En el banquillo
Maradona obtuvo el trabajo soñado en el año 2008, cuando fue tomado como seleccionador argentino. Entre altas y bajas, llevó a su país al Mundial de Sudáfrica del año 2010, cita en la que se despidió en cuartos de final siendo goleado por Alemania.
Fue apartado tras la Copa del Mundo, pero el hecho fue suficiente para obtener otro contrato, esta vez en los Emiratos Árabes Unidos para hacerse cargo del Al Wals, donde estuvo entre 2011 y 2012.
En 2018 fue contratado por Dorados de Sinaloa, de México, y en 2019 volvió a Argentina para encabezar a Gimnasia y Esgrima de La Plata.
Su salud volvió a mostrar grietas, razón suficiente para apartarlo de las canchas. Recientemente se sometió a una cirugía para corregir una hematoma craneal. Estaba en su residencia en Tigre cuando murió.
Reacciones
Una vez se conoció la noticia de su fallecimiento llegaron los lamentos. Pelé, a juicio de muchos el mejor de la historia junto a Maradona, quien calificó el hecho como algo triste. «Perdí a un gran amigo y el mundo a una leyenda», compartió en Twitter el brasileño. «Algún día espero que juguemos al fútbol en el cielo».
Lionel Messi, delantero del Barcelona y estrella argentina, aseguró que «Diego nos deja pero no se va, porque Diego es eterno».
El portugués Cristiano Ronaldo, de Juventus, lamentó su muerte e indicó que se fue «demasiado pronto, pero deja un legado sin límites y un vacío que nunca se llenar».
Desde otros deportes y ámbitos, las muestras se hicieron sentir. Los cantantes puertorriqueños Ricky Martin y Residente, el tenista español Rafael Nadal y el alcalde de Nápoles Luigi de Magistris fueron algunos de los que se manifestaron. Este último, por cierto, reveló que el estadio San Paolo, casa durante varios años del volante argentino, ahora pasará a llamarse Diego Armando Maradona.