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La salida de Nicolás Maduro del poder es el primer objetivo de Juan Guaidó, presidente encargado (e) de Venezuela, con el fin de sacar al país caribeño de la crisis. Para lograr el “cese de la usurpación”, paso previo a un gobierno de transición y elecciones libres, activó la Operación Libertad el sábado 6 de abril, con una concentración en Caracas y en todas las regiones.

De acuerdo con lo explicado por Guaidó, la Operación Libertad es una estrategia que incluye aumentar la presión interna mediante protestas y movilizaciones que integren a toda la sociedad civil, con énfasis en los empleados públicos; y un cambio de posición de la Fuerza Armada.

“¡Aquí estamos, aquí vamos a seguir! ¡Todos a las calles, a la fase definitiva del cese de la usurpación!”, exhortó el mandatario interino desde la avenida Francisco de Miranda, a la altura del centro comercial Líder, en Caracas.

El sábado, Guaidó anunció -sin precisar fecha- una reunión de líderes en el ámbito mundial con el fin de abordar la crisis que se vive en Venezuela y sus posibles soluciones. En sus planes también incluye una movilización hacia el Palacio Presidencial de Miraflores, para la cual estuvo de gira en su país, pero que no ha retomado.


OPERACIÓN LIBERTAD. Juan Guaidó interviene en la concentración del sábado 6 de abril con miles de opositores en Caracas.

Efe/Miguel Gutiérrez

OPERACIÓN LIBERTAD. Juan Guaidó interviene en la concentración del sábado 6 de abril con miles de opositores en Caracas.

Guaidó, también presidente de la Asamblea Nacional (AN), ha reiterado el llamado a la Fuerza Armada y a los empleados públicos para rebelarse en contra del régimen. El Parlamento aprobó una Ley de Amnistía que protege a los funcionarios que ayuden a restablecer el orden constitucional.

La AN trabaja además en un proyecto de ley de garantías laborales. El lunes 8 de este mes la propuesta fue remitida para su discusión por parte de sindicatos, asociaciones y empleados públicos. Guaidó planteó una “Operación Libertad Sindical” a fin de impulsar el cese de usurpación.

El proyecto de ley busca garantizar los derechos laborales a los empleados públicos que sufran represalias por parte del régimen. “Ya el miedo se acabó. Es momento del cese de la usurpación y para ello los necesitamos a todos ustedes, por eso le ofrecemos la ley de garantía”, dijo Guaidó el 8 de abril.

Mientras aún existen las tensiones políticas, la situación en Venezuela sigue en deterioro. Se mantiene la crisis económica, la escasez de alimentos, medicinas e insumos médicos; y se incrementa el número de apagones eléctricos, que pueden durar varios días e interrumpen las telecomunicaciones y el suministro de agua. Arrecia el racionamiento de los servicios básicos.

El Observatorio Venezolano de la Conflictividad Social registró 4 mil 173 protestas en los dos primeros meses del año. El Foro Penal venezolano, una ONG que brinda atención a detenidos por motivos políticos, contabilizó 911 presos políticos -entre ellos 95 militares- en su actualización del 9 de abril; además, precisó que 8 mil 196 personas aún son enjuiciadas -con medidas cautelares- de forma injusta.

Logro en la OEA

Guaidó celebró la incorporación a la Organización de Estados Americanos (OEA) de su enviado especial, en sustitución del designado por Nicolás Maduro: cuyo régimen esperaba la salida de Venezuela del organismo prevista para finales de este mes.

Con 18 votos a favor, 9 en contra y 6 abstenciones, el Consejo Permanente de la OEA aceptó la designación de Gustavo Tarre, abogado constitucionalista, como representante de Guaidó.


DIPLOMACIA. Fotografía de archivo de Gustavo Tarre, representante del presidente Juan Guaidó, en una reunión en la sede de la OEA.

Efe/Lenin Nolly

DIPLOMACIA. Fotografía de archivo de Gustavo Tarre, representante del presidente Juan Guaidó, en una reunión en la sede de la OEA.

Carlos Vecchio, embajador de Guaidó ante el gobierno de Estados Unidos, sostuvo que la ratificación de Tarre fue una derrota para el régimen venezolano, además de ser un avance en el cese de la usurpación de Nicolás Maduro.

“La mayoría de los países en la OEA ha reconocido formalmente al gobierno interino del presidente Juan Guaidó y el embajador Gustavo Tarre ocupa oficialmente la representación de Venezuela (…) Cesa la usurpación ante la OEA y esta derrota del régimen de Maduro es un paso clave para el cese de la usurpación en Venezuela”, aseveró Vecchio mediante un comunicado.

Opciones sobre la mesa

La Administración de Donald Trump, además de las sanciones económicas e individuales al régimen de Maduro, ha reiterado que mantiene la posibilidad de una opción militar para resolver la situación en el país petrolero. Sin embargo, dio un paso atrás con una reciente declaración de Elliott Abrams, enviado especial de Estados Unidos para Venezuela.

“La situación está empeorando en Venezuela cada día, pero no creo que en Europa, América Latina, Canadá o Estados Unidos estemos pensando en este momento en una reacción militar”, expresó Abrams el jueves 4 de abril, en una entrevista a Caracol Radio.

Guaidó se ha referido a la “opción” militar como una cooperación en vez de una intervención, que podría implementarse al activar el numeral 11 del Artículo 187 de la Constitución. A juicio de Abrams, “es prematuro hacerlo”, pese a que Estados Unidos mantiene “todas las opciones sobre la mesa”.

La tensión internacional por la crisis en Venezuela incrementó con la llegada de dos aviones castrenses rusos con casi un centenar de agentes del Kremlin a Caracas.

El 5 de abril, el enviado especial de EE.UU. se refirió a la incursión rusa en un contacto con NTN24: “Cuando yo hablé con los rusos ellos dijeron que no querían que Venezuela fuera otro problema entre los dos países, pero si siguen con esos planes militares, tendremos que reaccionar”.

Posición de Brasil

El gobierno de Brasil, presidido por Jair Bolsonaro, también se involucró en la posibilidad de ayudar a EE.UU. en una intervención militar en Venezuela. Sin embargo, el lunes 8 de abril reveló que espera que sea la Fuerza Armada local quien marque un quiebre.

“La intención que existe de EE.UU. y nuestra también es que haya una fisura, una división, en el Ejército venezolano. No hay otro camino porque quien decide, como ya dije tiempo atrás y fui criticado, si un país está en democracia o dictadura son las Fuerzas Armadas”, dijo Bolsonaro a la radio Jovem Pan.

Bolsonaro argumentó que no se puede determinar la duración de una incursión militar extranjera en Venezuela. Mientras tanto, prefiere aumentar la presión sobre Maduro con medidas económicas y esperar la actuación del Ejército venezolano.

En Caracas, Guaidó insiste en su llamado a la Fuerza Armada. El martes 9 de abril reveló, en una entrevista con la radio RPP, que ha sostenido conversaciones “muy discretas” con militares venezolanos. Evitó ofrecer mayores detalles para resguardar a los funcionarios, pero aseguró que también desean un cambio político.

El régimen de Maduro, por su parte, amenaza a Guaidó con detenerlo. Ha tomado acciones como allanar su inmunidad e inhabilitarlo políticamente, pero eso no lo detiene. El presidente interino sigue en la lucha por lograr el cese de la usurpación apoyado por Estados Unidos, quien advirtió que si es arrestado sería, quizá, “el último error que cometa” la dictadura.

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