Hay que tener en cuenta algo: Alex Cora, en las postrimerías del cuarto juego de la Serie Divisional contra los Yanquis de Nueva York, no pensaba en la hipótesis de un quinto juego, no planificaba ningún viaje de vuelta al Fenway Park y tampoco en la posibilidad de perder el encuentro.
El manager de los Medias Rojas de Boston solo se concentraba en algo: Jugarse todo. No importaban los riesgos, de cualquier forma quería terminar la serie en territorio hostil.
¿Qué cómo se sabe eso? Pues Cora lo demostró con el movimiento que hizo en el octavo inning: Le dio la bola a Chris Sale, el supuesto iniciador del teórico quinto encuentro y el pilar de la rotación.
El jardinero Mookie Betts, gran candidato al Jugador Más Valioso de la Liga Americana, estuvo de acuerdo con la estrategia de su piloto. “Él es Chris Sale”, le comentó a MLB.com. “En un juego como este debes acudir a tu ‘gran perro’”.
De acuerdo con reportes, el movimiento de Cora fue premeditado. El piloto planeó eso antes del encuentro, y estaba seguro de implementarlo si la ocasión perfecta le llegase; o sea, si los Medias Rojas estaban arriba, en uno de los innings finales y sin hombres en bases.
Sale no le iba a huir al reto. Luego de abrir el primer compromiso de la serie, quería la bola para asegurar la victoria que le daba a Boston el derecho de ir a la Serie de Campeonato de la Liga Americana. El zurdo se lo dijo a Cora, y luego le dio la espalda sin esperar alguna respuesta.
“No sé si estuvo bien”, soltó Sale. “Pero creo que funcionó”. Y él también funcionó. Lanzó el octavo inning de forma perfecta y con un ponche. Le entregó el testigo al cerrador Craig Kimbrel, quien apeló al drama para ponerle el candado al triunfo 4 a 3.