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30 días. 20 candidatos. Ni un paso atrás. Esta es la filosofía detrás del polémico y brutalmente intenso plan de ejercicios del entrenador personal más sicótico del mundo. Osmin Hernández nació en Cuba, donde creció entre peleas callejeras y las duras condiciones de vida del país. Cuando tuvo edad suficiente se enlistó en el ejército, pero su gran boca hizo que lo echaran, declarándolo «mentalmente insano». Así decidió que la isla le quedaba chica y se embarcó en la mayor aventura de su vida.

Tras cinco días a la deriva en una balsa improvisada, Osmin llegó a los Estados Unidos donde la suerte quiso que se cruzara con Gloria Estefan quien lo contrató para ser su entrenador. De allí rápidamente se convirtió en entrenador de estrellas de la talla de Mickey Rourke y Matt Damon. Ahora, Osmin se dedica a lo que realmente le apasiona. En «Operation: Osmin» tiene la oportunidad de entrenar, agotar, quebrar y básicamente torturar a los candidatos que participan de su programa con el objetivo de ponerse en forma. Sólo que nunca han conocido a alguien tan demente como Osmin. Este dictador del ejercicio los someterá a las pruebas más duras y peligrosas que jamás podrían haber imaginado. Y ahora, el 13 de enero, se podrá ver la nueva temporada de su programa en la pantalla de nuvoTV.

Desde correr por el medio de la calle hacia el tráfico esquivando autos, hasta atar a los participantes a un camión en movimiento para que no puedan parar, a los métodos de Osmin se les pueden cuestionar muchas cosas, excepto su efectividad. Y ¿qué otra cosa se puede esperar de un tipo que corre una hora a mediodía bajo el intenso sol de Miami usando un snorkel para aumentar su capacidad pulmonar?

La imagen es entre patética y divertida: «Â¡Voy a llevarme a tu novia!», grita Hernández, mientras uno de los candidatos se empeña por terminar un tortuoso circuito de ejercicios. «Â¡Si no pierdes esos kilos, voy a llevarme a tu novia!», repite. Pero la agonía no se limita a las sesiones de «entrenamiento» formal. Durante los 30 días, los participantes deben comer sólo lechuga, pescado y agua. Si Osmin llega a encontrar vino o cerveza en tu casa, lo secuestrará, se lo beberá y te lo tirará en la cara mientras te pone a hacer extensiones de brazos, como no tuvo reparo de hacer con uno de los participantes de la primera temporada. Otra curiosa regla: los participantes tienen prohibido sentarse en el inodoro. Incluso allí deben hacer sus cosas en cuclillas, para ejercitar las piernas.

«Â¿Te gusta comer?», pregunta Hernández a una de las concursantes en el interrogatorio al que somete a todos los participantes al comienzo del programa. «Â¡Si te gusta comer, te gusta estar gorda!». Y es que a Osmin la corrección política lo tiene sin cuidado. Su único objetivo es poner en forma a aquellos que acuden a él. Y se dedicará con cuerpo y alma, las 24 horas del día, a cumplir con su cometido.

Ahora, el programa que se convirtió en el más visto de la cadena, llega para una segunda temporada que promete seguir sorprendiendo, asustando y divirtiendo. En la nueva camada de «reclutas», Osmin se podrá dar un verdadero festín, teniendo que poner en forma a un grupo bastante heterogéneo que incluye a una dupla de policías (ya podemos empezar a sentir la humillación de un policía gordo), un ama de casa que sueña con salir en Playboy, una pareja de bomberos y un duro motociclista que descubrirá quién es el verdadero jefe.
No apto para personas impresionables, «Operation: Osmin» pondrá a prueba nuestro estómago y nuestra voluntad en esta nueva temporada. Es que, como el propio Hernández dice, tentando a la muerte: «No hay que morirse por vivir, hay que vivir para morir».

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