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MEXICO (AP) – Q.E.P.D. la Serie del Caribe.

Quizás todavía no hay que ser tan lapidario, pero la 54ta edición de la Serie que concluye el martes en Santo Domingo dejó en evidencia las reformas urgentes que necesita el torneo que reúne a los campeones de las ligas invernales de béisbol de Puerto Rico, República Dominicana, México y Venezuela.
Para la Confederación de Béisbol del Caribe, la consigna debe ser clara: evolucionar o morir.

La escasa asistencia al estadio Quisqueya -en parte por los elevados precios de las entradas (entre 5 y 70 dólares), en parte por un desinterés generalizado tras una larga serie final de nueve partidos del campeonato local- debe ser otra señal de alarma para los organizadores del torneo.

Después de todo, se trata de un país donde el béisbol es el deporte rey, una pasión que mueve multitudes en todos los rincones de la isla.

El colmo del absurdo ocurrió el lunes, cuando los dominicanos Leones del Escogido conquistaron sin jugar la cuarta corona en su historia, y con un día restante en el torneo.

Debido al formato de dos vueltas de todos contra todos, vigente desde la creación del torneo hace más de medio siglo, el triunfo a primera hora de Puerto Rico sobre México le dio a República Dominicana su 19no campeonato caribeño. Los Leones jugaron a segunda hora frente Venezuela y perdieron 7-0, pero de todas maneras festejaron ruidosamente como si fueran campeones. Porque lo eran desde hace horas.

«Imagínate, hoy somos campeones con la victoria de otra gente y así no hay ningún tipo de emoción», lamentó Erick Almonte, integrante de los Leones.
¿Raro, no?

Además, apenas unas 6.000 personas presenciaron en el estadio con capacidad para 11.500 la coronación del Escogido, el tercer equipo más popular de República Dominicana detrás de los Tigres del Licey y las Aguilas Cibaeñas.

¿Cuáles son los problemas de la Serie?

-Hay que empezar por su formato. El todos contra todos, sin una final oficial, significa que el torneo puede definirse fuera del terreno, como ocurrió en esta edición y el año pasado en Mayagà 1/4ez, Puerto Rico, donde los Yaquis de Obregón (México) se coronaron antes de su último desafío.

Sin duda, esta situación le resta emoción y competitividad a la Serie. ¿Qué motivación tendrán los peloteros al salir al terreno el martes para completar el itinerario, cuando ya todo está decidido? Poca o ninguna. ¿Jugar por el segundo lugar, en un campeonato con apenas cuatro equipos? Mejor descansar o tomárselo suave.

Incluso, el formato deja latente la posibilidad de que hayan equipos empatados en el primer lugar al cierre de la justa, lo que sucedió por última vez en 2003 cuando las Aguilas Cibaeñas y los Indios de Mayagà 1/4ez tuvieron que disputar un séptimo encuentro de desempate. Aunque en este caso se de una verdadera «final», provoca dolores de cabeza de organización y se presta para la improvisación.

Los dirigentes de la Confederación tienen sobre la mesa desde hace meses una solución: realizar una primera ronda de todos contra todos, luego unas semifinales del primero contra el cuarto y el segundo frente al tercero, y después una gran final entre los ganadores de las semis.

Sólo el comisionado Juan Francisco Puello Herrera podría explicar porqué no se utilizó este formato en Santo Domingo 2012.

-Cada vez hay menos estrellas. Lejos quedaron los días en los que figuras como David Ortiz, Miguel Cabrera y Roberto Alomar se morían por disputar el torneo. Esto no es culpa de los organizadores, pero la verdad es que cada temporada hay menos estrellas de las mayores en los torneos invernales, y los que participan lo hacen de forma muy limitada y se ausentan de la Serie.

Hay que tomar en cuenta que la Serie usualmente termina a menos de dos semanas de la apertura de los campos de entrenamiento de las mayores.
La Serie podría adelantar sus fechas para que los jugadores tengan más tiempo lib

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