BOGOTA (AP) – Rodeado de sus colegas andinos, el presidente Juan Manuel Santos expresó el martes que el conflicto interno es un asunto que compete sólo a Bogotá, no quiere interferencias externas y buscará hacer la paz con los ilegales «a las buenas o a las malas».
Santos habló en una conferencia de prensa conjunta en la casa de gobierno con sus colegas de Bolivia, Evo Morales, de Ecuador Rafael Correa y de Perú Ollanta Humala, reunidos esta tarde en una cumbre de la Comunidad Andina de Naciones (CAN).
Al final y al ser consultado sobre si había recibido durante su encuentro las felicitaciones de los tres presidentes por el abatimiento el viernes de Alfonso Cano, líder de las guerrillas Fuerzas Armadas Revolucionarias de Colombia (FARC), Santos dijo que como en el caso de cuando daba regalos, por los que no esperaba que le dieran las gracias, su gobierno emprendía acciones sin esperar una felicitación sino porque consideraba que era lo correcto.
«En el caso de Alfonso Cano era lo correcto porque queremos buscar la paz para este país a las buenas o a las malas y los hemos dicho en todas las formas posibles», dijo Santos elevando un poco el tono de su voz.
Ese «objetivo de la paz lo seguiremos buscando», pero, agregó el mandatario, «mantendremos la presión militar mientras no veamos una verdadera voluntad de paz de estos grupos» ilegales.
«Cuando veamos esa voluntad de paz abriremos la puerta del diálogo», ratificó.
Poco antes el presidente Humala y Correa fueron consultados sobre la cuestión de Cano y en vista del pasado de Perú con el grupo Sendero Luminoso y acciones de las guerrillas colombianas en la zona de frontera con Ecuador.
Ambos presidentes esgrimieron la postura del respeto a los asuntos internos de cada país, aunque expresaron sus votos para que Colombia alcance la paz.
Correa, en cuyo país fue abatido por la fuerza pública colombiana en marzo del 2008 Raúl Reyes uno de los siete jefes de las FARC, sólo resaltó que custodiar esa frontera ecuatoriana con Colombia de unos 580 kilómetros le costaba a las arcas de su país unos 120 millones de dólares anuales.
«No nos gusta inmiscuirnos en asuntos internos… estamos seguro que el presidente Santos y su gobierno sabrán encontrar las mejores alternativas para el pueblo colombiano», dijo Correa. «Lo que deseamos de corazón es que pronto y, si es posible de manera pacífica, se resuelva definidamente ese conflicto», añadió.
Humala dijo que en caso de que le fuera solicitado estaría dispuesto a ayudar en un diálogo, estaría «encantando de apoyarlos con la idea de que haya un proceso de pacificación».
Fue entonces cuando al final Santos ratificó la postura anunciada al asumir el cargo el 7 de agosto del 2010, de que el tema del conflicto es netamente colombiano.
«Yo les he pedido desde el momento de mi posesión a nuestros vecinos, a nuestros amigos de América Latina y el mundo: este es un problema colombiano que vamos a resolver los colombianos. Cuando necesitemos ayuda, si es que la necesitamos, acudiremos y estoy seguro que Evo Morales, Rafael Correa u Ollanta Humala nos darán esa ayuda para conseguir la paz», dijo Santos.
Pero «mientras tanto es un problema colombiano y no queremos que nadie interfiera en estos asuntos internos de Colombia», añadió el presidente.
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