Por : Adriana Recchia
Líderes políticos, activistas comunitarios y oficinas estatales se unieron en Lawrence dispuestos a trabajar para que todos los latinos que residen en la ciudad participen sin temor en el Censo nacional que se realizará este año.
Lawrence es uno de los puntos más críticos del estado para los responsables de organizar el importante conteo poblacional ya que fue una de las ciudades donde más del 50% de los residentes no fueron contados en el censo del año 2000.
John Kappler y Frank Vásquez, ambos de la Oficina de Operaciones del Censo de Massachusetts, estuvieron la semana pasada en Lawrence participando en una reunión con Comité para un Recuento Completo que se ha formalizado en la ciudad. El objetivo del equipo es maximizar los esfuerzos para que esta vez los pobladores sean debidamente contados.
En la reunión participaron los concejales Roger Twomey y Sandy Almonte; Marta Vélez, directora del Senior Center; Adalberto Scoto por el Sistema Escolar; Spencer Buchholz, organizador comunitario de la agencia Lawrence Community Works; el ex concejal Marcos Devers; Niurka Aybar, de Northern Essex Community College; y el pastor Víctor Jarvis, entre otros.
«Lawrence es una ciudad particularmente difícil de contar y una de las principales razones es por el temor de la población inmigrante a dar información personal a representantes del gobierno», comentó Vásquez.
Y para evitar que el Censo 2010 repita aquella experiencia, el gobierno federal está invirtiendo alrededor de $133 millones en una campaña nacional para promover la participación de la comunidad, especialmente inmigrante, en este conteo.
Para Spencer Buchholz, de LCW, los principales desafíos que enfrentarán los encargados del Censo en Lawrence será la reticencia de la comunidad inmigrante, especialmente la indocumentada, en dar sus datos privados por temor a que estos caigan en manos de las agencias de inmigración.
«No sólo enfrentamos los problemas del miedo de los in migrantes, sino también la falta de información de un gran sector de la población respecto a la importancia que tiene el Censo en el futuro de su comunidad», agregó.
Buchholz dijo que en comunidades como Lawrence, con un alto índice de pobreza, el conteo real de su población será vital para conseguir recursos y dinero que ayudarán a mejorar las condiciones de sus residentes.
«Con los números del Censo, el gobierno federal determinará la cantidad de dinero que enviará para las distintas regiones del país. Esto significará más o menos recursos para la construcción de infraestructura vial, programas escolares y asistencia médica», advirtió.
Para lograr el éxito del Censo 2010, Buchholz, junto a otros, comenzarán la próxima semana a tocar las puertas de las casas de Lawrence. Cientos de activistas y organizadores comunitarios estarán explicando a la gente la importancia de dejarse contar sin temor.
Se espera que para mediados de marzo lleguen los cuestionarios del Censo, en inglés y español, a todos los hogares de EE.UU.
HAY TRABAJO
Durante la reunión del Comité para un Recuento Completo, los oficiales del Censo dieron a conocer que el gobierno está buscando reclutar encuestadores en el área del Valle del Merrimack que se encargarán de hacer las entrevistas puerta a puerta.
«Esperamos contratar más de 1,000 personas en el Valle del Merrimack», informó Frank Vásquez.
La mayoría de los puestos pagan entre $13.50 y $20 la hora. Para solicitar empleo, se necesita ser mayor de 18 años, tener permiso de trabajo, ser bilingà 1/4e y pasar un examen.
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