Por Adriana Recchia
LLORANDO RACISMO
Resulta cómico leer a Tom Duggan, director del periódico mensual Valley Patriot, llorar racismo.
El hombre se queja que la administración del actual Alcalde de Lawrence William Lantigua porque está colocando los anuncios oficiales exclusivamente en algunos periódicos latinos. Pero el hombre se olvida de los años y años en que las pasadas administraciones anglosajonas ignoraron a la prensa latina a la hora de dar los anuncios y las noticias.
En aquellos tiempos, no tuvimos ningún concejal (ni anglo ni latino, para decir la verdad) que saliera a defender a los medios latinos, como hoy lo está haciendo el concejal Marc Laplante por la prensa anglosajona local. Duggan se olvida también que el Valley Patriot se benefició especialmente de los anuncios del sistema escolar que el ex Superintendente Escolar Wilfredo Laboy colocaba en su periódico para informar a los padres de las escuelas los eventos escolares. (Ignorando cínicamente que el 80% de los padres de nuestras escuelas son hispanos que prefieren leer en español).
¿Y QUÉ PASû CON EL CASO WILFREDO LABOY?
Ya nadie habla del sonado caso que ocupó por meses las primeras planas de los medios regionales y involucraron al superintendente escolar con la corrupción detectada en el sistema escolar que él dirigió con mano de hierro.
El caso Laboy todavía está en la oficina del Fiscal del Distrito Essex bajo investigación criminal por supuestos actos ilícitos cometidos en su administración. Más de ocho meses de indagación y todavía no hay pronunciamiento de las autoridades.
Laboy fue suspendido de sus labores desde el pasado junio luego que se descubriera que empleados bajo su directa supervisión estuvieron involucrados en el fisgoneo ilegal de cientos de personalidades de la ciudad de Lawrence y se conoció que la imprenta escolar fue utilizada para favorecer las campañas políticas de varios candidatos de la ciudad.
La oficina del Fiscal ha informado que el caso está a punto resolverse de un momento a otro. Pero eso lo vienen diciendo hace meses. Los miembros del Comité Escolar consultados sobre el tema, entre ellos Samuel Reyes, muestran preocupación por la lentitud de la justicia, pero explican que el caso no está en sus manos.
Sin embargo, aunque es una realidad que el caso Laboy debe de resolverse judicialmente, los miembros del Comité Escolar, independientemente de la tarea que le compete a la justicia, tienen que resolver la situación administrativa del suspendido superintendente. A ellos les compete decidir si hay causa administrativa para despedir a Laboy. Esa discusión todavía no se ha hecho y es urgente que los miembros del Comité Escolar encaren el espinoso tema de una vez por todas. De lo contrario, corremos el riesgo que la fiscalía siga dilatando el caso y lleguemos al mes de octubre del presente año, que es la fecha le toca jubilarse a Wilfredo Laboy. ¿Vamos a permitir que eso ocurra?
Como cabeza del Comité Escolar, el ex Alcalde, Michael Sullivan, fue renuente a tomar ese importante voto alegando que la ciudad no podía permitirse el riesgo de despedir a Laboy sin tener una causa legal que respaldara la sanción administrativa. Pero ahora estamos en una nueva administración y Lantigua debería asumir sin nuevas excusas ese debate que todos estamos esperando.
Aún cuando no se tengan todavía las evidencias que Laboy estuvo involucrado en los actos criminales que ocurrieron en el sistema escolar, se lo puede juzgar como un pésimo administrador, teniendo en cuenta el total desconocimiento que mostró de los hechos ilícitos que acontecieron bajo sus narices. También se encontraron botellas de alcohol en su despacho, algo que es ilegal. ¿No son estas causas suficientes de despido?
Realmente, si hay voluntad política, el despido de Laboy no debe ser un escollo para que las autoridades