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Guerra por el Distrito 16

Por Adriana Recchia

¡OH, LA INTEGRIDAD DE NUESTROS MEDIOS!

Como por arte de magia, los principales medios comunicativos hispanos de Lawrence estuvieron de acuerdo esta semana con la renuncia del alcalde Lantigua a su puesto en la Legislatura. Los medios que antes justificaban a rajatabla que el Alcalde mantuviera los dos cargos, ahora entienden finalmente que la dimisión fue el mejor paso para proteger los intereses de Lawrence.

Lamentablemente, por la mentecata adulonería que figura en estos tiempos, nuestros medios les retacean a sus lectores una información completa y honesta de lo que ocurre en la ciudad. Los editoriales de esta semana destilan indignación por el chantaje de los legisladores, que exigieron a Lantigua renunciar a cambio de conseguir el préstamo y advierten que la guerra mediática desatada contra Lantigua es parte de un complot para desprestigiar a la primera administración latina de Massachusetts.

Pero esta es una parte de la verdad. La otra parte no la quieren decir.

Y por ahí vamos mal. Si no son libres para ejercer una crítica positiva a nuestros gobernantes, el único camino que les quedará a los medios latinos será convertirse en oficialistas. ¡Precisamente el papel nefasto que cumplió la prensa anglosajona local durante el corrupto gobierno de Sullivan!

Todos estamos de acuerdo que el gobierno de Lantigua será una verdadera prueba para la comunidad latina de Lawrence. Si sale bien parada proyectará el mensaje que los hispanos son capaces de gobernar. Si fracasa, los políticos hispanos perderán toda credibilidad.

A la primera administración latina no la vamos a ayudar maquillando sus errores, sino aportando ideas para evitarle resbalones y caídas. Nuestros periódicos y comunicadores sólo serán capaces de ejercer este importante rol resistiendo al amiguismo y a los intereses económicos o políticos que los aten a los gobiernos de turno – sean o no latinos.

GUERRA POR LA REPRESENTACIûN ESTATAL

Aparte de la debilidad de nuestros medios latinos, otra cosa que develó la crisis política que acabamos de sufrir en Lawrence es que la ciudad sigue dividida. Y no se trata sólo del Norte moreno y del Sur anglo.

Tampoco la división entre los latinos no ha podido zanjarse. Todavía no se han curado las heridas de las pasadas elecciones para la alcaldía.

Hace días alguien me comentó que no había que votar por Marcos Devers para la Representación Estatal porque él era «el delfín del alcalde William Lantigua». Esperemos que el buen juicio y el razonamiento prosperen en estas elecciones. Se trata de elegir al mejor candidato, y no usar el voto como un castigo contra Lantigua, quien no corre en esta contienda. Precisamente por censurar la mala gestión que realizan algunos demócratas en el estado, el electorado de ese partido le dio al republicano Scott Brown el asiento de Ted Kennedy en el Senado. ¡Cuánta necedad!

Hasta este momento, Devers representará en las elecciones a los demócratas. El aval que le dio recientemente la presidenta interina del Comité Demócrata de Lawrence a su candidatura fue contundente, llegándolo a calificar «como mejor preparado para el cargo que el mismo Lantigua». Los otros dos candidatos que anunciaron su disposición de competir entrarán en la boleta como independientes. Leslie Meléndez está siendo asesorada por el ex candidato a la Alcaldía David Abdoo. Conociendo los vínculos de Abdoo con el partido Republicano, no es descabellado pensar que a Leslie la están preparando para ser la carta republicana en estas elecciones.

Devers, por su parte, si quiere ganar tiene un desafío que sortear. Para vencer la mala publicidad que le están haciendo de «delfín» tendrá que proyectar la imagen de una candidatura indepen

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