Por Christine Armario
Uno por uno, los integrantes de Los Van Van pasaron por la taquilla de inmigración en el aeropuerto de Miami para ser recibidos por las brillantes luces de las cámaras de televisión.
Un reportero les ofreció pastelitos, otro les preguntó qué significaba para ellos tocar en Miami. Una reportera les confesó que se crió escuchando sus canciones mientras otro periodista les acusó de ser entregados al gobierno cubano. En medio del tumulto, entusiastas obreros del aeropuerto les tomaban fotos.
El bajista Juan Formell, sin embargo, aseguró que la banda no vino a hacer política sino a tocar música.
Los Van Van son la más reciente de una serie de bandas o artistas cubanos que han entrado a Estados Unidos bajo el gobierno de Barack Obama, y quizás la más controversial, pues muchos exiliados los consideran demasiado cercanos al gobierno de los hermanos Castro.
Aparte de Los Van Van han venido La Charanga Habanera y Buena Fe, que han deleitado a multitudes en conciertos en Miami para los que se agotaron las entradas. El Septeto Nacional vino en noviembre y el cantautor Carlos Varela se reunió con dirigentes políticos en Washington. Para marzo se espera un concierto aquí de la legendaria Omara Portuondo.
Según cifras del Departamento de Estado, el número de visas otorgadas a artistas y deportistas cubanos ha aumentado con respecto a las otorgadas durante el gobierno de George W. Bush. En 2001 se otorgaron 860 visas; cuatro años más tarde la cifra bajó a 16 y el año pasado aumentó de 41 a 57.
«Creo que bajo Obama esa tendencia se ha revertido un poco», dijo Sujatha Fernandes, una profesora de sociología del Queens College en Nueva York y autora de «Cuba Represent! Cuban Arts, State Power, and the Making of New Revolutionary Cultures».
«No hay nada por escrito, pero hemos visto poco a poco que más grupos están entrando al país», añadió.
En medio de la visita de Los Van Van, se hace evidente que la comunidad cubanoestadounidense del sur de la Florida está cambiando.
A fines de 1999, la agrupación vino y se topó con una protesta de más de 4,000 personas que les gritaban y lanzaban basura. Un periodista resultó herido y varias personas fueron detenidas.
Esta vez, el ambiente fue muy diferente.
En una valla adyacente a unas de carreteras que serpentean por Miami se veía un retrato de Los Van Van en concierto. La música de la banda — una mezcla de son, jazz y pop cubano — fue transmitida por las radioemisoras cubanas de Miami, algo impensable hace pocos años.
Aunque sí hubo una protesta a las puertas del concierto, los manifestantes fueron una fracción de la multitud que fue a escuchar la música. Nadie tiró nada y nadie fue detenido.
Para los cubanos que nacieron en la isla, la música de Los Van Van es la música de su juventud.
«Ellos quieren seguir apegados a su patria», dijo Hugo Cancio, presidente de Fuego Entertainment, una compañía productora de Miami, en referencia a los cubanos que han venido en los últimos 15 años.
«Saben que su cultura y su música es intocable y se niegan a heredar el dolor, el sufrimiento y el odio de los exiliados históricos».