El punto de inflexión en Oriente Medio: la caída del régimen de Bashar al-Assad en Siria, quien abandonó Damasco, la capital, y huyó hacia Moscú tras la histórica ofensiva final de las fuerzas militares opositoras.
Por qué esto es importante. El derrocamiento de la familia al-Assad después de 53 años de dictadura marca el fin de más de una década de guerra civil y opresión bajo su régimen, desatando un complejo escenario tanto para el país como para la comunidad internacional.
La ofensiva final y la caída de Assad
Desde hace dos semanas, los grupos rebeldes empezaron a tomar algunas ciudades importantes del norte del país en medio de las debilidades del régimen de al-Assad por la falta de apoyo militar de grandes aliados como Rusia y Hezbollah, quienes también tienes sus propias batallas con las que librar.
Entre líneas. Las milicias opositoras, lideradas por coaliciones como Hayat Tahrir al-Sham (HTS), aprovecharon el debilitamiento de los aliados del régimen, incluyendo la reducción del apoyo militar ruso debido a las tensiones derivadas de la guerra en Ucrania para adentrarse en ciudades como Alepo, después de 11 años de enfriamiento de la guerra civil en Siria.
Los grupos rebeldes se enfrentaron a una resistencia mínima de las fuerzas leales, las tropas rebeldes consolidaron su control sobre puntos estratégicos como el aeropuerto de Alepo, precipitando la huida de Assad a Rusia.
Mientras tanto, la respuesta del régimen y sus aliados se ha limitado a ataques aéreos aislados, lo que refleja su menguada capacidad militar. Rusia, por su parte, lazó ataques esporádicos contra posiciones opositoras, aunque sin la contundencia de campañas anteriores.
Los rebeldes, quizás, le deben dar las gracias también a Israel por deshabilitar a Hezbollah, y a Ucrania por hacerle un fuerte resistente a Rusia.
Un regreso masivo de refugiados
Las imágenes hablan por sí solas: a través de las redes sociales se hicieron virales una serie de publicaciones en las que se observan miles de personas regresando a Siria tras la caída del dictador. ¿Esperanza? Más que eso, aunque el país esté muy lejos de liderar una democracia o, por lo menos, a corto plazo (falta mucho por reconstruir).
Lo que se sabe. Miles de personas que habían huido de la violencia están comenzando a regresar al país, especialmente desde Turquía y Europa. Sin embargo, este retorno está marcado por la incertidumbre, ya que muchos de los hogares e infraestructuras básicas han sido destruidos, y persiste el temor a represalias o inestabilidad residual en áreas aún disputadas.
Respuesta internacional
La comunidad internacional reacciona con cautela. Estados Unidos expresó su apoyo a la transición política, mientras insiste en la necesidad de evitar el surgimiento de vacíos de poder que podrían ser aprovechados por grupos extremistas.
Por su parte, Naciones Unidas hizo un llamado urgente para coordinar ayuda humanitaria y garantizar una transición pacífica y democrática.
Rusia, aunque inicialmente intentó apoyar al régimen, adoptó una postura más pragmática tras la huida de Assad, enfocándose en proteger sus propios intereses estratégicos en Siria.
Mientras tanto, Irán y sus aliados en la región están revaluando su posición en el conflicto, considerando la posibilidad de negociar con los nuevos actores en el poder
¿Qué le espera a Siria en el futuro?
El colapso del régimen de Assad plantea preguntas cruciales sobre el futuro de Siria. Especialmente, sobre la reconstrucción social y política en un país sumergido en la miseria.
Con vastas áreas del país en ruinas, la reconstrucción requerirá un esfuerzo masivo de recursos y cooperación internacional. Establecer un gobierno representativo y legítimo será clave para evitar una repetición del conflicto.
El proceso de reconciliación nacional será fundamental para sanar las heridas de la guerra y prevenir futuras divisiones.
