El 3 de diciembre de 2023 el Boston Ballet presentó El Cascanueces en el Citizens Bank Opera House para darle la bienvenida a la Navidad.
Como bailarina de ballet clásico durante 14 años, no podía perderme de esta oportunidad mágica de ver El Cascanueces a través de una perspectiva de alguien que entiende de cerca el mundo de este deporte artístico.
A continuación, una reseña sobre la versión de El Cascanueces del Boston Ballet:
Primer Acto
El Cascanueces comienza con Drosselmeyer, un un misterioso fabricante de juguetes que también es el padrino de la protagonista de esta historia, Clara. En la primera escena el público pudo observar como este mago construía un cascanueces dentro de su taller. En esta escena, el mago también construyó otros juguetes y con un polvo mágico, los juguetes corrían vida.
La primera carcajada de la noche fue cuando Drosselmeyer hizo que un conejito blanco dentro de un sobrero negro corriera vida. Sin embargo, dejó al público con la intriga de qué pasará con el cascanueces, pues al final de esta escena él mismo le echó un polvo mágico.
Luego de esta escena, el público acompañó a la familia Stahlbaum a su sala familiar donde celebraban una fiesta de Navidad. Aquí, el escenario estaba adornado con decoraciones festivas consistiendo en regalos y un árbol resplandeciente.
En esta fiesta, se encontraban los personajes principales: Clara y Fritz Stahlbaum junto con sus padres y otros invitados. Los niños y adultos de la fiesta bailaron un vals hasta que durante la celebración llegó Drosselmeyer con regalos para los niños, incluyendo un cascanueces en forma de soldado. Este cascanueces lo recibió Clara.
En esta escena, Drosselmeyer comienza a jugar con los niños y hace que el árbol de Navidad y los regalos crecieran. Es aquí cuando salen los muñecos corren vida y salen a bailar. El muñeco fue una de las figuras más impresionantes de la escena de la fiesta ya que se destacó por sus doble tours corridos logrando caer en una quinta perfecta.
Para los que no están familiarizados con este concepto, un doble tour es uno de los brincos más complicados para los varones porque requiere brincar y girar dos veces en el aire. El truco es mantener las piernas cruzadas, alcanzar altura y aterrizar del brinco en quinta posición, que es cuando un pie se coloca justo delante del otro haciendo que los talones de un pie estén tocando los dedos del otro pie.
Otra figura estrella de esta escena fue el oso. Este juguete tenía un vestuario grande y pesado, por lo que fue sumamente impresionante verlo hacer doble tours, triple piruetas y en general brincos altos mientras cambiaba de dirección al desplazarse de un lado del escenario a otro.
Considerando la poca visibilidad dentro de este vestuario más el peso, este rol definitivamente tuvo sus retos y dejó al público asombrado.
La magia se intensificó durante la noche cuando Clara se queda dormida en un sofá junto a su cascanueces. Entonces comienza a soñar…
La Batalla del Rey Ratón
Mientras Clara soñaba comenzaron a sonar 12 campanadas del reloj de su sala. El escenario estaba completamente oscuro hasta que en cada campanada comenzó a salir un ratón.
Esta fue la mejor parte de la batalla pues el público no paraba de reírse ante las poses y gestos cómicos que hacían cada uno de ellos.
Tras espantar a Clara, el árbol de Navidad empezó a crecer y los juguetes cubrieron vida. Un ejército de soldados acompañados por el cascanueces comenzaron a batallar a los ratones y al rey ratón.
Uno de los momentos más impecables de esta batalla fue la coordinación y precisión de los soldados en las filas. Definitivamente ganaron la batalla.
Antes de que Clara le tirara su zapatilla al Rey Ratón para ayudar al Cascanueces, Clara se destacó en la sección de chenès en dirección diagonal.
Aquí, Clara hizo giros consecutivos mientras se trasladaba diagonalmente hacia el otro extremo del escenario y al final se quedó en balance al hacer un piquè arabesque, o extensión de la pierna hacia atrás.
Como recompensa, el Cascanueces se transforma en un apuesto príncipe y se lleva a Clara al mundo de las nieves. En el primer instante que llegan a este mundo, comenzó a caer nieve haciendo que el público sintiera aún más el invierno.
A pesar de que la nieve fue muy apreciada, en ocasiones era difícil poder apreciar uno de los cuerpos de bailes más icónicos en la historia de los ballets: los copos de nieve.
En esta parte los copos de nieve se alinearon en filas perfectas, no obstante la reina de las nieves fue la verdadera estrella.
Los “saut de chats” más explosivos de toda la noche fueron los de la Reina de la Nieve. Este paso es un “split” que nace de un brinco que hace que ambas piernas se abran a la misma vez.
El primer acto concluye con el Príncipe Cascanueces llevando a Clara a un viaje mágico hacia el Reino de los Dulces. Los sodechats más explosivos de toda la noche fueron los de la Reina de la Nieve. Este paso es un “split” que nace de un brinco que hace que ambas piernas se abran a la misma vez.
Segundo Acto
En el segundo acto, Clara y el Cascanueces llegan al Reino de las Golosinas en una nube. El escenario estaba repleto de humo creando la ilusión de un mundo encantado escondido en el cielo. Este acto es una parte central y mágica del ballet, llena de encanto y fantasía.
La Hada de Azúcar, también conocida como Sugar Plum Fairy, le dio la bienvenida a Clara y al Cascanueces, pero realmente era imposible no fijarse en el vestuario de la misma.
El tutú de la noche, asimilaba el color rosado del algodón de azúcar y además, brillaba. Luego de que el Cascanueces le explica a todos en el reino sobre lo que sucedió en el primer acto, el Hada de Azúcar invita a todos a bailar.
Aquellos que bailaron fueron los españoles, que vienen representando el chocolate, los árabes, el café, los chinos, el té, el cuerpo de baile de las flores, los rusos y por supuesto, el Hada de Azúcar.
A continuación, los mejores 3 bailes de este acto:
- La Danza Árabe
Este fue definitivamente el baile favorito del público. El Pas de Deux, o baile de dos, de la Danza Arabe no tan solo fue sofisticada pero extremadamente apasionada. La elegancia de la pareja al momento de efectuar un movimiento contribuyó muchísimo.
No obstante, el elemento más impresionante fue la flexibilidad de la bailarina. En muchas ocasiones, la bailarina hacía un “développé a la seconde”, sosteniendo su pierna a 180 grados. Este movimiento consiste en desarrollar el movimiento de la extensión de la pierna hacia el lado.
Como parte de la coreografía, la bailarina se aguanto la pierna al agarrarse por el tobillo, y su pareja, que la sostenía por la cintura, la levantó y la viro haciendo que la pierna que originalmente estaba extendida estuviera ahora en el piso. Esto asimiló el movimiento de un reloj.
Sin duda alguna la química de esta pareja fue excepcional y se notaba que se tenían mucha confianza, pues los movimientos que hacían no tan solo eran retantes pero peligrosos de llevar a cabo. De todos los bailes de la noche, este fue el que más recibió aplausos.
- Los rusos
Esta danza fue interpretada por tres varones. Uno de los elementos más satisfactorios, como bailarina, fue ver como la orquesta y los bailarines se coordinaron.
La orquesta no tocó hasta que el primer bailarín hiciera su primer brinco. La energía que transmitieron estos bailarines fue descomunal. Agregaron elementos en la coreografía que uno no vería típicamente en un ballet clásico.
Como por ejemplo, hay un movimiento que consiste en agacharse al piso y mientras una pierna dibuja un círculo en el piso, la otra tiene que buscarla cada vez que se encuentre con ella. Este movimiento asimila las aspas de un helicóptero, haciendo que el baile fuera divertido.
- Hada de azúcar
La variación del Hada de azúcar, o Sugar Plum Fairy, es una de las variaciones más difíciles dentro del repertorio de variaciones de las mujeres.
Es una variación que consiste de mucho control de puntas, precisión, balance y técnica. Cuando Sugar Plum comenzó a bailar, se podía escuchar caer un alfiler. Todo el mundo estaba atento, pues este rol es el más importante de todo el ballet.
La bailarina mostró tener mucho control, especialmente en la primera sección de la variación donde tiene que treparte en puntas, flexionar las rodillas y hacer pasos que parecen como si la misma caminara en puntas.
En ballet, las pausas son muy importantes ya que le permiten al público apreciar más los movimientos. La bailarina hizo un trabajo fenomenal y uno podía tomarle una foto en cada una de las pausas. Lo más impresionante fue el “manege” del final, o círculo de giros.
Si uno no tiene un buen “spot” o punto fijo al momento de girar, es bien fácil marearse y aún más difícil girar. Sugar Plum logró hacer esta variación si hacerle ver al público que es una que da trabajo y sin duda fue la solista de la noche.
En general, el Boston Ballet no falló en proveer al público la verdadera experiencia navideña. Estos bailarines talentosos recibieron al final una ovación de unos más de dos minutos.