A medida que transcurren los días mayores son los comercios y las organizaciones que comienzan reactivar sus actividades tras el brote de coronavirus en Estados Unidos, algo que preocupa a muchos líderes dado la cifra de muertes que actualmente superó los 100.000 fallecidos en el país.
En Massachusetts, la reapertura se ha dado de manera gradual, dividiendo el estado en cuatro fases, donde consecutivamente se irán sumando más industrias. Una de las que aún no tiene claro si volverá activarse o cómo podrá activarse, son las guarderías o centros de cuidado infantil, recordemos que algunas permanecieron abiertas por órdenes del estado para poder cuidar a los hijos de los empleados de primera línea. Mientras que otras cerraron inmediatamente se dio la orden de suspender las clases y demás actividades educativas.
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Según reseñó CBS, el estado podría estar considerando planes que excluyen “temporalmente” el cuidado de los niños, lo que reduciría la “capacidad de las aulas a la mitad”, pues aparentemente no podrían operar con toda la plantilla de alumnos, posiblemente solo con la mitad.
«He perdido más de la mitad de mi sala de preescolar, más de la mitad de mi sala de pre-k room, mis bebés», declaró Erin Bradley, quien es propietaria y operadora del “Peas in a Pod Nursery School”.
Bradley tiene 31 años trabajando en el área del cuidado infantil y actualmente se enfrenta a un posible cierre del lugar, pues asegura que al reducir la capacidad o trabajar con una capacidad limitada, reduciría sus ingresos por matrícula “y con requisitos que potencialmente requieren la contratación de más personal, no sabe cuánto tiempo el centro podrá mantener sus puertas abiertas”.
«Las cosas están cambiando drásticamente y uno de los problemas es que no sabemos qué hacer», explicó Bradley. «Voy a luchar, voy a hacer todo lo que pueda para mantener esto abierto”, indicó.
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Las guarderías de Massachusetts ordenaron cerrar hasta el 29 de junio, por lo que el estado aún está a tiempo de elaborar un plan para los centros de cuidado infantil y según una portavoz del Departamento de Educación y Cuidados Tempranos (DEEC) este plan ya se estaría estudiando, pues ya se han dado varias reuniones entre los profesionales de la industria, las familias y los proveedores del servicio, evaluando a profundidad bajo qué directrices podrían reabrir.
Un caso bastante similar al de Bradley es el de Colleen Maloney Benedix, quien ha sido dueña de Puddle Duck durante 31 años, y que tras la pandemia tuvo que solicitar un préstamo PPP pagar a sus maestros y ayudantes. La propietaria aseguró no sentirse preocupada solamente por el ingreso que le generan las matrículas sino también el hecho de que un entorno donde deba mantenerse el distanciamiento físico obstaculice el desarrollo de los niños.
