Jonathan Eliseo Segura Murga, de 33 años, predicó la palabra de Dios hasta en las situaciones más difíciles de lo que llevaba en su viaje de inmigrante hacia Estados Unidos. Le dijo a su familia hace varias semanas que estaba contento porque había orado por muchas personas pobres y que pronto estaría cumpliendo el “sueño americano”.
Sin embargo, el domingo 13 de enero, Jonathan Eliseo perdió la vida cuando viajaba oculto junto a 100 inmigrantes más en un furgón de carga en una carretera de la ciudad de Veracruz, en México.
El tráiler donde viajaba el policía y otras personas fue impactado por un camión que transportaba ganado, dejando como resultado un muerto y otro inmigrante herido, quien fue trasladado hacia un hospital de la zona.
Jonathan Eliseo creció junto a varios hermanos en un pueblo en el occidente del país.
Fue educado y formado en un hogar de principios de la religión evangélica, por eso siempre le gustó predicar la palabra de Dios y ser una buena persona.
Su perfil de Facebook evidenciaba que el policía salvadoreño era muy cristiano y muy amante de la vida. Todas sus fotos eran mensajes cristianos donde destacaban el amor hacia Dios.
A principios de diciembre de 2018, el policía preparó su viaje de inmigrante hacia Estados Unidos para buscar un futuro mejor para su familia, según lo relatan sus familiares.
Tomó la decisión de dejar la corporación policial y pidió un permiso temporal de varios meses mientras probaba suerte en Estados Unidos.
Jonathan Eliseo era muy querido en su pueblo donde creció. Le gustaban mucho las exhibiciones de carros y las carreras de vehículos.
Sus amigos del grupo Speed Addict Car Club, al cual pertenecía, lamentaron su muerte y lo recordaron como un “gran amigo”.
“Un día muy triste para todo el club pues un gran amigo pierde la vida buscando el sueño americano.
Nuestras más sinceras condolencias a la familia de parte de todo el club Speed Addict Car Club. Te extrañamos amigo”, reza el post en Facebook de la página del grupo.
La familia del policía inició desde el domingo los trámites para repatriar el cadáver. Mientras sus amigos y compañeros lo lloran y recuerdan como una persona de bien.
Fuente: El Salvador
