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Hace 16 años mi esposo Jhon y yo llegamos a la ciudad de Boston movidos por la esperanza de reunirnos con mi familia y de emprender un futuro mejor para nuestros futuros hijos. Al tomar esta decisión me vi enfrentada a dejar el trabajo que tanto amaba que era la docencia la cual había ejercido en la Universidad Pontificia Bolivariana por 14 años en Medellín Colombia, al igual que mi otro trabajo por las tardes que era ayudar a familias con niños con dificultades para aprender.

Dos años después de haber llegado a Boston en el 2002 un día de verano decidí llevar mi hoja de vida a escuelas donde yo sabía que hablaban español. La primera fue la Luis Aggazi en Jamaica Plain y tan pronto le entregué mi hoja de vida al principal (director), él decidió entrevistarme. Dos horas después recibí la llamada que el trabajo al que había postulado era mío. Mi primer trabajo fue como maestra de kindergarten bilingüe y en esa posición me sentía muy feliz por poder ejercer nuevamente mi trabajo como maestra. Después de tres años me moví a la escuela Elementaria Blackstone en el South End para trabajar con niños bilingües con necesidades especiales. Esto fue para mí un reto muy grande y el compromiso era total con los niños y las familias. En esta posición era de vital importancia ayudarles a nuestras familias latinas a entender que sus hijos tenían un futuro por delante y que por esa razón era importante las expectativas del progreso individual de cada niño. Después de dos meses en este trabajo recibí la primera invitación a realizar una Reevaluación (RE) de una de mis estudiantes, estaba aterrorizada porque yo era una maestra preparada con un Master en Educación pero no tenía ni la menor idea qué significaba esto. Escribí mi reporte de cómo estaba progresando la niña y mis recomendaciones sobre en qué áreas necesitaba más apoyo. ¡Qué sorpresa me llevé cuando entré al salón y habían por lo menos 12 personas cada una con su reporte! Pero lo más impactante fue ver la cara de los padres de mi estudiante, una familia Centroamericana, quienes estaban asustados y sin idea de la importancia de esta reunión pues ellos desconocían que eran las personas más importantes de esta sesión en que estábamos ya que nadie conoce mejor las necesidades de su hija. Lo que me llamó la atención es que cuando sientan en ese cuarto a los padres de familia, los hacen sentir que son las personas menos importantes y esto es peor si no se habla inglés. Tuve la oportunidad de conocer a muchas familias como la del ejemplo que presento aquí durante mi permanencia en las escuelas Públicas de Boston por 12 años. Siempre sentía en mi corazón que había que hacer algo más para ayudar a estas familias.

Durante el verano de 2015 tomé la decisión de retirarme de Boston Public Schools y buscar un empleo donde pudiera ayudar a los niños bilingües con discapacidades y sus familias. En mi búsqueda apareció La Federación para Niños con Necesidades Especiales (Federation for Children with Special Needs).El trabajo que ofrecían era un ‘part-time’ como “Latino Outreach Coordinator”…no lo pensé dos veces y apliqué por esa posición de la cual no sabía muchos detalles sobre lo que se trataba, pero cuando leí la descripción sentí que por este lado había una oportunidad para ayudar a las familias. Esperé cuatro meses para conseguir una entrevista y cuando me tocó acudir a esa entrevista me llamó mucho la atención una pregunta que era crucial para conseguir el empleo: “¿Tiene usted algún miembro de su familia con alguna discapacidad?”. Pensé y respondí: “Sí, tengo aproximadamente 210 hijos en Boston con discapacidades”. Porque cada niño con el que trabajé lo asumí como si fuera mi hijo pues no necesito que sean hijas o hijos propios para sentir el compromiso, amor y dedicación para sacarlos adelante.

Hoy, trabajando en la Federación, estoy sorprendida del amor, dedicación, compromiso y responsabilidad que cada uno de sus miembros siente por su trabajo y la misión que desde un principio sus fundadores crearon y que sigue inspirando a cada uno de los miembros de esta organización.

La Federación para Niños con Necesidades Especiales fue creada en 1974 por un grupo de padres de familia como una Organización sin Ánimo de Lucro, la cual pasó de ser un grupo pequeño de padres de familia a una organización nacionalmente reconocida y que cada año ayuda por lo menos 45.000 familias en todo el estado de Massachussets. La misión de la Federación es proveer información y asistencia a aquellos padres con niños con discapacidades, así como a los profesionales y demás organizaciones que trabajan con los niños y sus familias.

Uno de los retos que la organización afronta en este momento es educar, orientar y preparar a la Comunidad Latina para que defienda los derechos de sus niños. Basados en los últimos datos estadísticos presentados por el Departamento de Educación de Massachusetts hasta el año 2013/2014, hay en Massachusetts 17.610 niños inscritos en Educación Especial los cuales necesitan de nuestra ayuda.

Es por esos que todos los miembros de nuestra comunidad, políticos, empresarios, medios de comunicación, líderes comunitarios, centros de salud y líderes comunitarios, debemos unirnos para llevar esta información a nuestra comunidad.

Para concluir, los dejo con esta idea: “Que el sueño que trajo a nuestros padres de brindarnos un futuro mejor y un mundo lleno de múltiples posibilidades, se los podamos hacer realidad a nuestros niños con necesidades especiales”.

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