Las recientes medidas ejecutivas anunciadas en el ámbito migratorio por el Presidente de los Estados Unidos de América, Barack Obama, representan un gran paso positivo, que proveerá de alivio temporal a la situación irregular de muchos migrantes salvadoreños que actualmente viven en ese país.
Como era de esperarse, esta noticia ha generado inquietudes por parte de los potenciales beneficiarios, pero también entre aquellos que ya viven de manera legal en los Estados Unidos bajo otro figura: la del Estatus de Protección Temporal (TPS). La inquietud inmediata ha surgido en torno a la decisión sobre a qué beneficio acogerse, especialmente para quienes, además de tener ya su TPS, cumplen con los requisitos para la Acción Diferida por Responsabilidad Parental (DAPA), una de las medidas anunciadas en noviembre por el presidente Obama, y que favorecería a los indocumentados que viven en la nación norteamericana desde antes de 2010 y que tengan hijos ciudadanos o residentes permanentes.
Ante esas dudas, que también han provenido de la prensa nacional, desde el Ministerio de Relaciones Exteriores hemos insistido en que lo mejor para la población TPS es continuar inscribiéndose dentro de dicho programa, que vence en marzo del próximo año y para el cual estamos desde ya haciendo gestiones para una décima prórroga, que lo extendería por 18 meses más.
En ese contexto, sin embargo, ha habido también quienes, ante las sugerencias hechas por nuestro gobierno y, particularmente, por el Viceministerio para los Salvadoreños en el Exterior, han manifestado que estamos dando una mala orientación y han señalado una supuesta falta de conocimiento sobre estas medidas, sugiriendo incluso que el DAPA ofrece mejores condiciones que el TPS, como lo hizo la semana pasada un articulista en este medio de comunicación.
Por eso, como funcionaria a cargo de velar por que nuestros compatriotas en el exterior cuenten con la información correcta sobre el tema, aprovecho este espacio para hacer algunas aclaraciones necesarias alrededor de ambos programas.
En primer lugar, es preciso subrayar a quiénes sí y a quiénes no beneficia la acción ejecutiva del presidente Obama. En ese sentido, hay que decir que esta solo permitirá a algunas de las personas indocumentadas que viven en Estados Unidos, desde antes del 1 de enero de 2010, que obtengan un permiso temporal y eviten así su deportación, siempre y cuando cumplan con tener un hijo ciudadano o residente permanente, y que no tengan antecedentes delictivos.
Beneficiará, asimismo, a los que actualmente están amparados en el Programa de Acción Diferida para los Llegados en la Infancia (DACA), pero ampliándose ahora a los que ingresaron a Estados Unidos antes del 1 de enero de 2010, con menos de 16 años de edad y que han permanecido en ese país desde esa fecha, independientemente de la edad que tengan hoy.
Ninguna de estas medidas reemplaza ni cambia las leyes migratorias vigentes en dicho país, con lo cual no brinda ni la ciudadanía ni un permiso permanente para residir allá. Tampoco aplicará a quienes hayan entrado recientemente de manera irregular a Estados Unidos, ni mucho menos a quienes piensen viajar y entrar de manera irregular a este país a partir de hoy.
En segundo lugar, es fundamental que recordemos los calendarios de aplicación para cada uno de los programas. En el caso de los amparados al TPS, debemos considerar que la novena prórroga vencerá en marzo de 2015, por lo cual habría que aplicar antes de esa fecha de vencimiento para una posible décima prórroga, mientras que la inscripción al DAPA iniciará hasta unos 180 días después del anuncio hecho por el mandatario estadounidense, es decir, hasta mitad del mes de mayo de 2015 aproximadamente.
Con lo anterior, queda claro que si un beneficiario TPS decide no seguir su proceso de inscripción en dicho programa porque decide cambiarse a DAPA, estaría perdiendo su estatus legal por al menos dos meses, luego del vencimiento de la novena extensión, y sin garantías de una resolución favorable si aplica al otro programa. Es por ello que tampoco podemos ser imprudentes e invitar a nuestros connacionales a quedar en el limbo legal por dicho período. Simplemente no podemos arriesgarlos a que pierdan un beneficio del que han gozado por tantos años y para el cual ya tienen un buen récord en los registros de ese país.
Pero además hay una tercera e importante aclaración que vale la pena hacer aquí, relacionada con el tipo de beneficio que se otorga en cada uno de los programas. Ciertamente, como apuntaba unos párrafos atrás, hay compatriotas TPS que bien pueden, al mismo tiempo, cumplir los requisitos para DAPA. En ese sentido estricto, es verdad que un TPS podría calificar a DAPA, lo cual sería analizado de manera individual en cada caso que reciba el Servicio de Inmigración y Ciudadanía de los Estados Unidos (USCIS).
No obstante, no hay que olvidar un asunto de completa relevancia para quien estuviera considerando un cambio de programa: en el caso del TPS, se trata de un estatus basado en la Ley de Inmigración y Naturalización (INA) de los Estados Unidos, lo cual le confiere un sólido respaldo legal, independientemente del gobierno de turno. En cambio, cuando hablamos de DAPA, e incluso de DACA, nos referimos a medidas ejecutivas que, como su nombre mismo lo indica, han sido promulgadas por el Ejecutivo y bien podrían ser revocadas en cualquier momento, en un eventual cambio de administración gubernamental. Con ello, queda en evidencia una razón más de por qué hemos dado la recomendación de continuar amparándose en el TPS.
Es por todo esto que sería no solo incorrecto, sino además irresponsable, sugerir a nuestros compatriotas que dejen de inscribirse para un posible próximo TPS y que, en cambio, esperen a ser evaluados para acogerse a la nueva acción ejecutiva de la administración Obama. La nueva medida es una buena noticia para quienes por ahora tienen su situación irregular, pero ese no es el caso de nuestra población TPS.
Sepan que, como gobierno comprometido con su gente, hacemos el mejor trabajo posible para orientarles de la manera más precisa. Nuestra recomendación, contrario a lo que algunos plantean, no parte del desconocimiento, ni mucho menos de una intención de hacer “bulla pretenciosa”. Nuestra afirmación es fruto de la información oficial que recibimos de las autoridades estadounidenses, con quienes nos mantenemos siempre en un estrecho diálogo por medio de nuestra embajada en Washington.
Tengan la certeza que, a través de nuestra red consular, continuaremos apoyando este proceso y otros esfuerzos para que todos los compatriotas que puedan resultar beneficiados con cualquiera de los alivios migratorios estén debidamente informados.