No es el primer ejemplo, ni por desgracia será el último, de un deportista que ha tocado el cielo y que tras su retirada se exilió a los infiernos de la miseria y la destrucción. La historia de Eric Williams es, por desgracia, cada vez menos extraña y desvela cómo deportistas que han hecho una considerable fortuna no saben manejar su nuevo estatus y despilfarran sus ganancias para terminar en la bancarrota.
Williams es un veterano alero curtido en mil batallas en las canchas de la NBA. Exactamente en 658 partidos repartidos en 12 temporadas en las que vistió las camisetas de Boston, Denver, Toronto, Cleveland, San Antonio, Charlotte y New Jersey. Elegido en el número 14 del draft de 1995, desarrolló su carrera como un secundario de lujo que promedió 8,6 puntos y 3,3 rebotes por partido.
En sus 12 temporadas en la mejor liga del mundo, Williams se embolsó un total de 39.835.520 dólares de los que, al parecer, no le queda nada. Ni un centavo tampoco de lo que el ex jugador se embolsó de su participación en el ‘reality’ ‘Basketball&Wives’. El alero salió del programa en el momento en el que su esposa le pidió el divorcio.
Una separación que le ha llevado a tener que pagar grandes cantidades a su pareja que ahora le ha denunciado por dejar de pagar 24.000 dólares para la manutención de su hijo. Las cámaras de TMZ cazaron al ex NBA que aseguró que no se había enterado de la citación judicial “porque no tengo casa”. “Soy un sin techo y estoy arruinado”, declaraba el enésimo juguete roto del deporte profesional.