Hay muchas opiniones acerca de esto, todo depende del pediatra que te toque, del país donde vivas y de tu cultura. Dejando a un lado estos factores sabrás verdaderamente como padres cual es el momento idóneo para hacerlo.
Es importante saber que es un periodo donde el niño cognitivamente tiene la suficiente madurez neurológica para saber cuando quiere y no quiere hacer sus necesidades. Es algo que comienzan a controlar y donde ellos toman la decisión sobre su propia necesidad. Concepto que hasta ahora no había aparecido, mamá y papá decidían cuando y cómo debía hacer las cosas el bebé de la casa.
La Academia Americana de Pediatría, suscribe que el bebé comienza a desarrollar la madurez neurológica necesaria para el control de esfínteres entre los 18 y 24 meses, sin embargo esto no es generalizado y es importante saber como padres que los niños marcan el ritmo. De igual manera no todos los niños comienzan a caminar al año, o a gatear a los ocho meses, todo depende de cada uno, su situación y estimulación individualizada. Por ello no es una ciencia cierta la edad en la que los niños despuntan en el desarrollo de habilidades, considerémosla una edad orientativa.
La meta es fomentar la independencia del niño a la hora de evacuar. Por ello debemos felicitarlo siempre y no regañarlo ante futuros escapes. Es un proceso que evoluciona paso a paso y de manera secuencial (de lo fácil a lo complejo) un comportamiento básico y necesario.
Técnicamente el condicionamiento de esfínteres es un entrenamiento de vejiga y del intestino para que, la orina y el excremento puedan ser expulsados en horarios determinados.
¿Cómo lograr el objetivo?
Para poder iniciar es importante observar, conocer y detectar las señales que indiquen alguna evacuación. Fijarse en los horarios donde el pequeño prefiere evacuar nos ayudará para anticiparnos ante sus necesidades.
Lo ideal es utilizar pañales que no sean muy absorbentes, esto fomentará percibir la sensación de húmedo o sucio.
El ejercicio físico junto con una buena alimentación ayudará a tener éxito para abandonar el pañal.
Practicar las habilidades de vestido y desvestido a la hora de ir al baño hará la diferencia, ya que será importante para evitar futuros conflictos.
Felicítalo siempre es un proceso largo que tiene que llenarse de logros.
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