No se trata de una broma. Es algo que le ha pasado por la cabeza al papa Francisco: nombrar cardenal a una mujer. Quienes le conocen, dentro y fuera de la Compañía, desde antes de llegar a la cátedra de Pedro, aseguran que el primer papa jesuita de la Iglesia está llamado a sorprender cada día no sólo con sus palabras sino también, y sobre todo, con sus gestos. Eso está haciendo en los primeros seis meses de pontificado.
Sabe que el tema femenino dentro de la Iglesia está sin resolver y que no puede esperar. Lo ha dejado claro con dos frases lapidarias en su última entrevista a Civiltá Católica: “La Iglesia no puede ser ella misma sin la mujerâ€. No es sólo una afirmación. Es una acusación. La frase se puede leer también así: “La Iglesia no está aún completa porque en ella falta la mujerâ€.
¿Cómo introducir en la Iglesia esa pieza esencial, sin la cual, la Iglesia “no puede ser ella mismaâ€? Lo ha dicho en la misma entrevista: “Necesitamos de una teología profunda de la mujerâ€.
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