El Boston Herald publicó la semana pasada una editorial dedicada al tema de la estadidad de Puerto Rico, que ha vuelto a la palestra pública después de las elecciones del 6 de noviembre, cuando la mayoría de los puertorriqueños votaron a favor de convertirse en otro estado de EE.UU.
Por primera vez el 61 por ciento de los electores en Puerto Rico, ha dicho que prefieren la estadidad que mantenerse como Estado Libre Asociado (ELA). Al menos que cambien de opinión, en su debido momento la Isla debería ser admitida como el estado #51 de la Unión.
Quizás a los republicanos no les guste la idea considerando que el 83 por ciento de los puertorriqueños residentes en Estados Unidos votaron por el presidente Obama. Basados en estos resultados, al menos que los republicanos (GOP) comiencen a trabajar con los electores hispanos, el estado 51 enviaría solo congresistas demócratas a Washington. Estados Unidos ha controlado la isla de Puerto Rico desde que se la quitara a España quien fuera el país perdedor de la Guerra Hispano-Estadouni dense de 1898; sería justo que finalmente los isleños puedan decidir su propio futuro.
Actualmente la isla es definida como un estado libre asociado (Commonwealth) de los Estados Unidos, un estatus confirmado en referéndums previos. Este estatus tiene ventajas que los puertorriqueños que son ciudadanos de Estados Unidos, podrían (después de futuras deliberaciones) querer mantener.
La principal ventaja es que los boricuas no pagan impuestos federales. Sin embargo si están sujetos al servicio militar en caso de ser reclutados. Aunque pueden elegir su gobernador y legisladores, no pueden votar en las elecciones presidenciales ni las del Congreso. Sí pueden enviar delegados a las convenciones demócratas y republicanas.
Algunos se preocu pan demasiado ante la posibilidad de admitir un estado de habla hispana. A nosotros no nos parece eso preocupante. El inglés es de uso frecuente y el bilingà 1/4ismo debe fomentarse, no desalentarse. Hay un 25 por ciento más de personas de origen puertorriqueño en el continente que en la isla.
Puerto Rico es casi del tamaño de Connecticut, y tendría el derecho a 5 puestos en la Cámara de Representantes en el Congreso.
La estadidad proveería una oportunidad para una expansión razonable de la Cámara de Representantes, donde los distritos ahora tienen hasta tres veces más habitantes que en 1912 donde la membresía era fija: 435.
Darle la bienvenida a Puerto Rico a la Unión sería un buen comienzo.