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¿Se inicia el fin de la era Kirchner en Argentina?

Argentina es una caja de Pandora. Tras una reelección muy exitosa en 2011, hoy está muy claro el debilitamiento de Cristina Kirchner, lo que obliga a pensar en escenarios para su sucesión. Veamos. Cristina emergió bajo la manga de su marido como parte de una larga tradición peronista que ha posibilitado a algunos de sus caudillos un liderazgo en espejo para sus mujeres. Así fue Evita, quien murió antes de acceder a la presidencia; más tarde Isabel heredó el cetro de un Perón ya anciano, disparando a la Argentina en una espiral de crisis económica y de manejos políticos oscuros de la mano de su famoso asesor López Rega. De allí a la vuelta a la dictadura no hubo sino un paso.

En el presente siglo Cristina entra en escena para continuar el sistema de poder construido por su marido Néstor Kirchener luego de una de las crisis económicas y políticas más espectaculares del continente. Afortunadamente un rapto de sabiduría de los argentinos impidió el autoritarismo militar. El modelo Kirchner ha sido muy criticado dentro y fuera de América Latina, pero tuvo muchos aciertos: logró desmontar la bomba de tiempo que significó abandonar la virtual dolarización de la economía, trayendo estabilidad y un alto flujo de inversiones sobre todo en la producción agrícola; facilitó una política social inclusiva más allá de los sindicatos, atacando la informalidad urbana; finalmente, logró superar los acuerdos de amnistía acordados con el mundo militar, lo que ha permitido llevar a juicio a cientos sino miles de perpetradores de las peores atrocidades cometidas durante las dictaduras.

Pero su diseño económico es imperfecto pues le coloca una camisa de fuerza a la convertibilidad de la moneda, arbitrando controles cada vez más estrictos, buscando controlar áreas de la economía, como el petróleo y el gas, que dificultan la inversión. Finalmente, alimentando la ilusión de haber superado el colapso financiero tras la cesación de pagos y la imposición de condiciones inaceptables para muchos acreedores. La situación financiera hoy se revierte contra el país: recientemente un acreedor embargó un barco escuela argentino en un país africano y empresas como Repsol, recientemente expropiadas, demandan pagos mayores a los acordados.

El liderazgo de Cristina Kirchner, reelecta con una importante ventaja hace un año, se erosiona con rapidez. Hay varias razones. Primero, al poner a circular rumores sobre cambios constitucionales para reelegirse por segunda vez; segundo atizando en su contra a la clase media por el control de cambio; tercero, al surgir un movimiento espontáneo de rechazo a la reelección que su gobierno desestimó, produciendo el 8N una de las movilizaciones mayores de la historia reciente; cuarto, perdiendo el control sobre el mundo laboral. Varios sindicatos, entre ellos uno que hasta hace poco la apoyó, organizaron el 20 de noviembre un paro nacional en procura de reivindicaciones importantes para el sector laboral, el cual sufre más que ninguno el impacto inflacionario, que sectores independientes estiman en cerca del 25%. En síntesis, a pesar de la ausencia de un liderazgo alternativo claro, Cristina Kirchner parece haber perdido el hilo del poder que su esposo y ella habían manejado con cierta rudeza y con mucha efectividad. Algunas encuestas de comienzos de noviembre muestran que crece la oposición entre el electorado a una posible reelección de la presidenta, alcanzando cotas muy altas.
No obstante, no todo está dicho. Habrá que esperar a las elecciones parlamentarias del 2013, a los reacomodos en el peronismo en su conjunto y en la oposición, así como a la estrategia que adelante el núcleo duro del kirchnerismo, hoy debilitado y relativamente aislado de la mayoría de la opinión.

Leonardo Vivas Peñalver es director de la Iniciativa Latinoamericana  del Carr Center for Human Rights Policy de la Kennedy School de Harvard  University, y conductor del programa Detrás de la Noticia que se  transmite por MasTV los martes a las 10:00am. Su e-mail es leonardo_vivas@harvard.edu Twitter: @Leovivasp