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Por Erica Corsano*

Sam Mendoza tiene el potencial de convertirse en el próximo Esteban Cortázar o Zac Posen. Recuerdo cuando asistí a uno de los primeros desfiles de Cortázar hace algunos años. El público estaba lleno de socialites y Naomi Campbell participó en la pasarela- pero las prendas estaban más o menos, y no propiamente acabadas. Parecían hechas a mano, estilo «las cosí en mi sótano». Desde entonces, Cortázar ha tenido tiempo para aprender sobre acabado y calidad, y ahora es uno de los diseñadores encargados de inyectar nueva vida a la casa Ungaro.

Cuento esta pequeña historia porque veo el mismo genio creativo en el joven Sam Mendoza. Su desfile de la semana pasada era uno de los más esperados por los expertos de moda en Boston, y los personajes más importantes de la industria se dieron cita en el Hotel Liberty. Busqué mi asiento y, al pasar la mirada por los asistentes con copas de vino en mano, todos se notaban ansiosos y curiosos por ver el debut de la colección otoño/invierno de Mendoza.

Sentados cerca de mi estaban la editora en jefe de moda de la revista Boston Common, Anna Levitan; el propio Mike Diskin, director creativo de Stuff@Night; Rachel Baker y Max Buccini, miembros del comité organizador del desfile; la editora de FB, Fashion Boston, la publicación sobre moda del Boston Globe, Alex Hall, quien además vestía un traje vintage de Dolce bárbaro; y las esposas de jugadores de los Red Sox Kelli Pedroia y Tiffany Ortiz; entre muchos otros.

La pasarela en sí, inspirada por un viaje de Sam a la India para visitar la familia de su roommate en la universidad, fue fantástica. Las modelos portaban glamorosos peinados (por el equipo de estilistas I Soci) y maquillaje (por Shu Uemura) con un toque hindú. El hermano de Sam, David, y un amigo estudiante de RISD (Rhode Island School of Design), crearon brazaletes para los tobillos hechos de cascabeles y piedras para acompañar los looks, y Luna Boston equipó a las modelos con zapatos geométricos.

No me canso de decir cuánto genio creativo tiene este joven diseñador. Pero, necesita detonar todo su potencial partiendo a Nueva York, Paris o Milán a trabajar para – y aprender de – alguno de los grandes maestros de la moda. Y creo que él lo sabe.

Los looks fueron muy interesantes, había algunos realmente únicos, pero no estaban perfectamente acabados. No me puedo imaginar ninguna de las prendas en producción y de venta en tiendas. Además, la colección entera tenía un aire primavera/verano, en lugar de otoño/invierno.

Los dos primeros ensambles (mini vestidos azules y amarillos) no eran nada excepcionales. Siguieron otros atuendos con colores típicos de las calles de Bombay que realmente me gustaron, especialmente un vestido con un top color crema, con cinturón con moño de seda café, y la falda plegada de rayas rosa con blanco. Para aquellos que no sepan mucho de costura y confección, el plegado invertido es muy difícil de lograr, y éste se veía muy bien hecho y bien terminado.

Una de mis partes favoritas del desfile fue un saludo público por parte de Sam a su mamá, quien estaba sentada en primera fila. Ella voló desde Houston para estar con su hijo. El saludo no sólo mostró clase, sino también una apreciación por las raíces y la familia.

Sam: tu naturaleza humana, en conjunto con tu habilidad innata de poder ver toda la gama de colores que nuestro mundo ofrece, es lo que te hará un gran diseñador. Y con el entrenamiento adecuado, serás uno de los grandes diseñadores que habrá salido de Boston.

*Erica Corsano es periodista de moda en Boston.

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