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Es verdad que China está utilizando las próximas Olimpiadas de Pekín (Beijing) como proscenio sobre la sostenibilidad ambiental, llegando incluso a apodar el acontecimiento como las «Olimpiadas verdes». A través de una asociación con el gobierno de los EE.UU. y el Centro Internacional Para el Desarrollo Sostenible basado en Maryland, China está dando a Pekín un cambio de imagen hacia el ambientalismo para hacer que la ciudad sea un modelo con cero contaminación, construcción «verde» y desarrollo de comunidad sostenible.

Según el Ministro de Tecnología de China, Wan Gang, se espera que las Olimpiadas de Pekín generen 1.2 millones de toneladas de dióxido de carbono, en gran parte debido al vuelo que los atletas del mundo harán para ir a los juegos. Para compensar este potente efecto de gas invernadero, China tomará una serie de medidas, dice Gang, incluyendo la plantación de árboles, el cierre de 1,000 minas pequeñas de carbón antes y durante los juegos y la prohibición de hasta un millón de coches de las calles de la ciudad.

La aldea olímpica de Pekín está emergiendo como ejemplo absoluto del desarrollo de una comunidad sostenible. El Estadio Nacional de Pekín, por ejemplo, todo de acero entrelazado, incluye un dispositivo para la recolección de agua de lluvia, un sistema de ventilación natural y una azotea transparente con almohadones inflables hechos de un tipo de plástico que aumenta la penetración de la luz y del calor.

Otro ejemplo es el «Cubo de Agua», una estructura espectacular que parece un edificio hecho de envoltorios plásticos de burbujas. Conocido oficialmente como el Centro Nacional de Deportes Acuáticos, se espera que reduzca el uso de energía en un 30%. Y cuando haya acabado de responder a su propósito como lugar olímpico, el sitio se convertirá en un centro comercial y de recreación con canchas de tenis, tiendas, clubs nocturnos y restaurantes.

Los siete estadios olímpicos principales están equipados con generadores solares capaces de producir 480 kilovatios de energía en cualquier momento. El 90% de la iluminación de los estadios, así como la fuente entera de agua caliente para la aldea olímpica, será satisfecho a través de energía solar. Además, los estadios principales recibirán energía de la primera granja de viento de Pekín.

Aunque los Juegos Olímpicos solamente van a durar dos semanas, la esperanza de los ecologistas es que el «verdor» de Pekín continúe más allá de este verano. El gobierno municipal de Pekín ha invertido en equipos eficientes de energía para la calefacción y transporte que mejorará grandemente la calidad ambiental por décadas a venir. Pekín, en donde entran en circulación 1,000 autos nuevos diariamente, también planea importar energía limpia de otras partes de China y comprar compensaciones de contaminación en un mercado internacional rápidamente en expansión.

Doug Moss es editor y fundador de la revista E-The Environmental Magazine. Si tiene una pregunta sobre el medio ambiente, envíela a earthtalk@emagazine.com.

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