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Eduardo A. de Oliveira / EthnicNewz.org

La comunidad brasileña de Nueva Inglaterra sigue sin poder olvidar. Desde Cape Cod y Framingham, a Nashua, NH, aún continúan hablando de la muerte del pintor Andre Martins, 25, padre de dos niños. Un agente de policía le disparó mortalmente el pasado 27 de julio.

Ese día, sobre las 1.10am , el oficial Christopher Van Ness observó a Martins, un inmigrante brasileño, conduciendo a gran velocidad por Harbor Road, en un vecindario de West Yarmouth en Cape Cod. A pesar de ordenarle que parara, el joven aceleró y el agente descargó varios disparos a su coche, según informó el abogado del distrito de Cape Cod, Michael O’Keefe. Una de las balas perforó el corazón y los pulmones del chico, que murió antes de ser trasladado al hospital. Su novia, Camila Campos, viajaba en el coche durante el fatal tiroteo, aunque no sufrió heridas.

«Es el momento de protestar, de luchar», dice Fausto da Rocha, director ejecutivo del Centro de Inmigrantes Brasileños, situado en Allston, MA. «Nada justifica la brutal manera en que este trabajador brasileño fue asesinado».

Esta muerte parece haber provocado un debate entre los residentes locales y los miembros de la comunidad brasileña, formada por 14,000 personas en Cape Cod, donde se ubica Yarmouth.

En Loja da Branca, un comercio en el corazón de Hyannis, donde muchos inmigrantes brasileños compran alimentos importados y envían dinero a sus familias, los vecinos hablan constantemente de lo sucedido. Muchos se quejan de las noticias que han dejado al descubierto el pasado de Martins. Algunos informes del tribunal de Barnstable muestran

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