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A pesar de que ningún experto político ha mencionado su nombre, la presidente de la Cámara de Representantes de Estados Unidos, Nancy Pelosi, sigue siendo la mejor opción para la vicepresidencia como compañera de fórmula de Barack Obama.

Y las apuestas para su elección son ahora mucho más altas a la vista del creciente problema de seguridad nacional ahora que Israel está conduciendo pruebas para eliminar la capacidad en bombas nucleares de Irán. El medio oriente se puede convertir en un problema mayor y elevar aún más el precio del petróleo.

Tomo este tema a raíz de una conversación que tuve hace días con dos votantes menores de 40 años mientras esperábamos turno en la caja de un supermercado local. Ambas votaron por Hillary Clinton. Todavía recelosas por la cuestión de la falta de experiencia de Obama, lo que más les preocupa ahora es la seguridad nacional. Y, en su opinión, eso le da ventaja a McCain.

Les mencioné el nombre de Pelosi. Al principio dijeron que poner a una mujer en la vicepresidencia sería suficiente para votar por Obama, pero cuando cité la experiencia de Pelosi en seguridad nacional, se entusiasmaron.

Pelosi ha estado en Siria, Irak y el Tíbet, ha recibido información confidencial sobre seguridad nacional durante toda esta década y ha puesto sus esfuerzos en la Cámara para detener la guerra en Irak.

Los detractores que se burlan de mi audacia para ir más allá de lo que dicen los expertos durante los programas políticos los domingos por la mañana, argumentan que Pelosi no quiere dejar la Cámara en vista de todos los asientos que ocuparán los demócratas en las elecciones generales, pues eso la hará todavía más poderosa que antes.

Después está el factor edad. Pelosi tiene unos pocos años menos que John McCain, así que no tendrá la oportunidad de suceder a Obama después de cuatro u ocho años. Entonces, ¿por qué renunciar a algo seguro y arriesgarse a perder en las elecciones?

No obstante, si ella es una demócrata fiel comprometida con el cambio, aceptará la nominación a la vicepresidencia porque Obama necesita mucha ayuda para ser elegido. La cuestión de la experiencia de Obama no desaparecerá, ya sea eligiendo al senador primerizo Jim Webb de Virginia o al ya relegado y experimentado ex senador Sam Nunn. Por otro lado, cualquiera de las dos gobernadoras disponibles para ser candidatas no aportará ninguna experiencia en seguridad nacional.

El gobernador Bill Richardson, que tiene amplia experiencia en política exterior, cuenta con el dote de ser y parecer hispano. El competir en una contienda electoral con otra minoría sería una pesadilla para los votantes blancos. El cambio es una cosa, pero eso sería… en fin, inimaginable, incluso para una película de Oliver Stone. Algunas familias están buscando una excusa para no votar por un afroamericano. Poner a un latino con Obama avalaría tal sentimiento en las urnas.

Pelosi puede ser remplazada en la Cámara para dirigir la mayoría demócrata. Además, ella es católica, lo que ayudará a Obama en los estados de Ohio y Pensilvania -donde debe ganar- y con los votantes mexico-americanos en los estados occidentales de Colorado, Nuevo México y Nevada.

Hay otro aspecto intangible que hace su elección una posibilidad real. Caroline Kennedy es parte del grupo de selección del candidato a la vicepresidencia de Obama. Kennedy se destacó en la temporada de primarias demócratas y tiene la heredada intuición para elegir de una manera visionaria y óptima.

Sin embargo, ninguno de los expertos en Washington alude a Pelosi como candidata. ¿Queda entonces la opción automáticamente descartada, o aumentan sus posibilidades? Mi conversación con las electoras en la fila del supermercado hace días me da la confianza para desviarme del terreno seguro en el cam

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