El presidente Bush pidió a los legisladores de la Cámara de Representantes y el Senado que aprueben el plan de rescate económico, cuando faltan pocas horas antes de que el Congreso vote a favor o en contra de la «inyección mega millonaria» a la economía. Bush ha asegurado: «El Congreso debe enviar una señal firme a los mercados aprobando el proyecto cuyo costo se calcula en unos 700.000 millones de dólares»