Traducción al español de la columna “Gestión” de Nizan Guanaes en Valor Economico – Brasil. Nizan Guanaes es estratega de N. Ideas
En una de mis clases del programa OPM de Harvard Business School, nuestro profesor presentó una compilación de 44 maneras de no hacer nada. Seguramente, a lo largo de tu vida empresarial (o personal), has escuchado o pensado en algunas de ellas. En una empresa establecida, estas son más frecuentes porque cambiar una gran estructura, especialmente las exitosas, no es fácil ni sencillo. Sobre todo si la firma está listada en la Bolsa de Valores, ya que el mercado de inversionistas generalmente no tolera medidas enfocadas en resultados a largo plazo, prefiriendo evaluar las cosas cada trimestre.
Es difícil mantenerse centrado en los clientes (customer-centric) especialmente cuando la empresa es un imperio y competidores como startups formadas en Stanford irrumpen el mercado, recortando precios sin necesidad de mostrar ganancias a ese mismo mercado bipolar. En otros casos, somos simplemente gatos gordos. El éxito nos hace complacientes. ¿Por qué arriesgar si el negocio va bien, con márgenes fantásticos? El mantra de las startups es “tu margen es mi negocio”, derivado de la frase original de Jeff Bezos “tu margen es mi oportunidad”.
No es fácil cambiar de opinión. Solo en artículos de periódicos, conferencias y cumbres parece fácil. En las conferencias que doy, desafío a las personas a intentar cambiar de opinión, aunque esto las calme solo por un día; al tercer día suelen volver a la opinión que tenían inicialmente. Ahora, deléitate con estas 44 perlas que matan la innovación. Las encontrarás en algún lugar de tu trayectoria. Porque hasta en empresas como Tesla, Amazon, y Nvidia se encuentran estas posturas. Pero cuando estas actitudes predominan, las empresas no avanzan.
Pero cuando estas frases y posturas se convierten en las más populares, son mantras internos de la empresa, entonces, Houston, tenemos un problema. Aquí van:
- Ya intentamos eso antes.
- Aquí es diferente.
- Eso es demasiado costoso.
- Eso está más allá de nuestra responsabilidad.
- Todos estamos demasiado ocupados para eso.
- Eso no es mi trabajo.
- Es un cambio demasiado radical.
- No tenemos tiempo para eso.
- No tenemos suficiente apoyo.
- Eso no es lo nuestro.
- Nuestro equipo operativo no podría manejarlo.
- El equipo nunca lo aceptaría.
- El sindicato se quejará.
- Nunca hicimos eso antes.
- Es contra las regulaciones.
- Aumentaría los costos.
- No tenemos esa autoridad.
- Eso es demasiado teórico.
- Volvamos a la realidad.
- Ese problema no es nuestro.
- ¿Por qué cambiar eso?
- Tienes razón, pero…
- Estás dos años adelante.
- No tenemos suficiente gente.
- No está en el presupuesto.
- Buena idea, pero impracticable.
- Vamos a pensar más sobre esto.
- El jefe nunca estaría de acuerdo.
- Vamos a ponerlo por escrito.
- Vamos a perder dinero a largo plazo.
- Eso nunca se intentó antes.
- Ahora no, quizás el próximo año.
- Vamos a crear un comité.
- ¿Alguien más ha intentado esto?
- Lo que realmente estás diciendo es…
- Puede funcionar en tu negocio, pero no en el mío.
- El Comité Ejecutivo nunca lo aprobará.
- ¿No crees que deberíamos estudiar esto más antes de actuar?
- Dejemos la decisión para mañana.
- Esto no se paga solo.
- Conozco a alguien que ya intentó esto.
- Siempre lo hemos hecho así.
- Esto es demasiado complicado.
- ¿Qué diría el presidente?
Estos clichés son usados para apuntar con el dedo a otros o más bien para llevarte a una reflexión sobre cuán buena o fallida es tu empresa. Esto aplica tanto en la empresa, como en la vida, o en la ONU, o hasta en la democracia, y en los gobiernos. La victoria es original, mientras que la decadencia está llena de lugares comunes. Y ante ella, hay al menos 44 formas de no hacer nada, como lo muestran en Harvard.
