La Guardia Nacional de Massachusetts comenzó a brindar apoyo a las iniciativas de vacunación en el estado, desplegando oficiales médicamente certificados para aplicar vacunas contra el Covid-19 en centros que requieren trabajadores adicionales. No obstante, algunos pacientes se han sentido intimidados con la presencia de oficiales uniformados en centros de vacunación, especialmente en comunidades de inmigrantes, según reportan miembros del personal médico y activistas comunitarios.
«Estamos escuchando que ciertos pacientes prefieren que los reubiquen en otros centros donde no hay guardias nacionales, o cuando llegan al sitio y los ven, se regresan porque tienen miedo a ser detenidos y deportados», dijo a El Planeta Elida Acuña-Martinez, quien trabaja como intérprete médico para East Boston Neighborhood Health Center (EBNHC), que opera centros de vacunación en Boston, Chelsea y Revere.
Cuando un paciente llega al centro de vacunación se le pide un documento de identificación personal para corroborar el nombre registrado para la cita, pero no se le pregunta en ningún momento el estatus migratorio. «Queremos que nuestra comunidad sepa que los oficiales de la Guardia Nacional están en los centros de vacunación para ayudar, que no tienen poder para deportar a nadie, ni tienen acceso a los datos personales de los pacientes», aclaró Acuña-Martinez.
Soldados y aviadores de la Guardia Nacional ya comenzaron a vacunar pacientes en centros de East Boston y Revere operados por el EBNHC. También han sido autorizados para trabajar en los sitios de vacunación masiva de Springfield y Danvers, todas zonas que tienen altas concentraciones de inmigrantes hispanos, algunos de los cuales son indocumentados.
Se espera que la Guardia Nacional continúe prestando asistencia al EBNHC por al menos tres semanas más. La misión está financiada por el gobierno federal.
Carlos y Marta Chew, una pareja de inmigrantes guatemaltecos, recibieron la vacuna hace dos semanas en uno de los sitios operados por el East Boston Neighborhood Health Center, y fue justamente un oficial de la Guardia Nacional quien les administró la vacuna. «Nos sentimos muy bien, el oficial fue amable y estaba allí sólo para ponernos la inyección», dijo Marta. «En ningún momento nos preguntaron el estatus migratorio y creo que nadie debería tener miedo de ellos».
La Guardia Nacional cuenta con personal con una variedad de experiencia aplicable dentro de sus filas, incluidos médicos, enfermeras practicantes, asistentes médicos, enfermeras, técnicos médicos de emergencia y médicos. Estas personas ya han administrado la vacuna a 1,000 soldados y aviadores elegibles de Massachusetts, y ahora cambian su enfoque para ayudar en entornos clínicos a miembros elegibles del público.
«Las primeras prioridades de la Guardia Nacional de Massachusetts son salvar vidas y proteger la propiedad, y el personal de la Guardia ha ayudado a la Commonwealth desde los primeros días de la crisis, proporcionando una amplia gama de servicios a las agencias estatales y las autoridades locales», se lee en un comunicado oficial publicado por la gobernación de Massachusetts.