Los dueños de viviendas en Boston verán un aumento cercano al 13% en sus facturas de impuestos a partir de enero de 2026, según proyecciones de la ciudad. La alcaldesa Michelle Wu explicó que el alza está directamente relacionada con la caída en el valor de los inmuebles comerciales y con los límites que impone la ley estatal para fijar las tasas impositivas.
Cuánto pagarán de más
Para una vivienda unifamiliar promedio, el aumento representa unos $780 adicionales al año. Como la nueva tasa se aplicará de forma retroactiva, la factura de enero se sentirá como un aumento del 26% en comparación con el trimestre anterior.
Por qué suben los impuestos
Los valores comerciales en Boston cayeron alrededor de 6% este año, mientras que las propiedades residenciales aumentaron cerca de 2%. Con las reglas actuales del estado —incluida la Propuesta 2½ y el límite entre tasas residenciales y comerciales— la ciudad no puede aumentar mucho más la carga sobre las propiedades comerciales, por lo que una mayor parte del peso recae sobre los propietarios de viviendas.
El pedido de Wu para cambiar la ley
Desde hace dos periodos legislativos, Wu ha solicitado a Beacon Hill un permiso especial para ajustar temporalmente la distribución de impuestos. Su plan permitiría subir más la tasa comercial y limitar los incrementos residenciales a un tope cercano al 9% anual. El Concejo de Boston y la Cámara de Representantes ya han aprobado versiones de la propuesta, pero el proyecto sigue detenido en el Senado estatal.
Lo que viene
La alcaldesa volvió a pedir una aprobación “inmediata”, aunque la Legislatura no retomará el debate hasta el próximo año. Sin cambios en la ley, la ciudad anticipa que el aumento del 13% entrará en vigor y advierte que podría aplicarse mayor austeridad, ya que más del 70% del presupuesto municipal depende de los impuestos a la propiedad.
Impacto en los residentes
El golpe será mayor para adultos mayores, personas con ingresos fijos y hogares que ya enfrentan costos elevados. Las autoridades recomiendan que los propietarios revisen posibles programas de alivio, como exenciones, ajustes (abatements) o planes de aplazamiento de impuestos que podrían reducir el impacto.
