Cada 15 de septiembre arranca la Herencia Hispana. Un mes que no solo celebra los colores y las banderas, sino también una historia menos conocida: cómo el español consiguió un lugar oficial en la política y la televisión estadounidense.
Un momento donde cultura, espectáculo y política se encontraron en un escenario cercano a la Casa Blanca, con un presidente republicano improvisando unas palabras en español. Lo que parecía un festival musical se convirtió en un hito simbólico de visibilidad para millones de hispanos en Estados Unidos. Y, como en toda buena historia política, la ironía estuvo presente: el reconocimiento público coexistía con tensiones privadas sobre el control de los medios.
Compartimos con ustedes un escrito del Executive Chairman de Tiempo Company, Javier Marín, que nos recuerda qué tan importante ha sido reconocer y celebrar la herencia hispana, y cómo momentos históricos, aparentemente pequeños, han marcado un antes y un después en la visibilidad del español y la cultura latina en el país, y que también nos hace preguntarnos, ¿dónde estamos ahora y a dónde iremos?
CUANDO REAGAN BENDIJO EL USO DEL ESPAÑOL
El Mes de la Herencia Hispana arranca cada 15 de septiembre, pero quiero llevarlos de regreso a una escena singular que ocurrió en 1983, durante la presidencia del republicano Ronald Reagan. Ese año, Reagan proclamó oficialmente La Semana de la Herencia Hispana y lo anunció en un mensaje transmitido en Washington D.C., a pocas cuadras de la Casa Blanca, y transmitido vía satélite por la Spanish International Network (SIN), lo que hoy conocemos como Univision. Luego en 1988 el mismo Reagan cambió la proclamación de semana al Mes de la Herencia Hispana que todos conocemos hoy.
Lo que hace único a este episodio de 1983 es que no se trataba de un acto político, sino del Festival Internacional de la OTI (Organización de Televisión Iberoamericana), el gran evento musical que cada año reunía a artistas y delegaciones de todos los países de habla hispana. Que Estados Unidos fuera la sede —con un mensaje presidencial— enviaba al mundo una señal poderosa: el español tenía un lugar oficial en la nación más influyente del planeta.
El discurso de Reagan duró tres minutos y medio. Al final, sorprendió a todos con una frase en español: “Mucha suerte y que Dios los bendiga a todos.” En aquel momento, la cadena que hacía posible esta transmisión satelital estaba liderada por el empresario mexicano Emilio “El Tigre” Azcárraga Milmo y por su socio clave en los primeros años de SIN, Reynold “René” Anselmo, un empresario rebelde nacido en los suburbios de Boston. Ambos son protagonistas centrales de mi próximo libro En Vivo desde América: Cómo la TV latina conquistó Estados Unidos.
Aquí comparto un extracto del Capítulo 3 de mi libro para revivir juntos aquel día histórico que marcó un antes y un después en la relación de Estados Unidos con el idioma español.
“En un audaz despliegue de influencia, el Tigre y Anselmo optaron por organizar la reunión anual de la Organización de la Televisión Iberoamericana (OTI) y su correspondiente festival musical en el Dar Constitution Hall de Washington, D. C., ubicado cerca de la Casa Blanca y el Capitolio, y a pocas calles de las sedes de la DCC y el Departamento de Justicia. El evento contó con la presentación especial del reconocido cantante de ópera español Plácido Domingo y antes de comenzar el festival el presidente de Estados Unidos, Ronald Reagan, se dirigió a los asistentes y a la audiencia televisiva mediante un video de tres minutos, en el cual improvisó unas palabras en español”.
UN EXTRACTO DE LO QUE DIJO REAGAN
"Bienvenidos en nombre del Gobierno y del pueblo de Estados Unidos. Estoy muy contento de dar la bienvenida a todos al XII Festival Internacional oti de la Canción. Me complace saludar también a los millones de personas en América Latina y Europa que están viendo este importante acontecimiento vía satélite. Esta es la primera ocasión en que Estados Unidos es la sede de este magnífico evento; además, me parece apropiado el que Estados Unidos sea el país anfitrión, ya que estamos muy orgullosos de nuestra herencia cultural hispana. Herencia que ha tenido gran valor para nuestro país desde sus días coloniales hasta el presente. Los hispanos-americanos han trabajado arduamente junto con sus compatriotas de diversos orígenes étnicos para hacer de nuestra nación lo que es hoy en día. En reconocimiento a esta contribución tan significativa tuve el honor de proclamar la semana del 11 de septiembre de 1983 como la Semana Nacional de la Herencia Hispana. También quisiera felicitar a SIN, la cadena hispana de televisión, por el papel tan importante que viene desarrollando en materia de asuntos comunitarios en esta nación y por transmitir este programa a millones de televidentes en este país y otros lugares del mundo. Durante los últimos 20 años, SIN ha contribuido a que se dé a los hispanoamericanos el reconocimiento que con tanta justicia se merecen. (En español) Buena suerte, y que Dios los bendiga a todos”.
Hay un detalle que no está en mi libro, pero que conservo en mis notas de investigación. Como todo gran espectáculo, el Festival de la OTI también tenía su cuota de intriga. Entre sus rituales estaba la votación en vivo de un jurado internacional que elegía al ganador de la noche. Para representar a México se esperaba, nada menos, que Emilio “El Tigre” Azcárraga Milmo. Pero, fiel a su estilo impredecible, a último minuto Azcarraga decidió que él no ocuparía ese asiento. En su lugar asignó a una actriz consentida por todos, Lucia Méndez que ya era sensación en la TV hispana. Ver video en el que Lucia Méndez es presentada como jurado:
Ese mismo año terminaba con un telón de fondo mucho menos festivo: los litigios que presagiaban una posible cancelación de la licencia de SIN por parte de la FCC, que vencía en 1987. Aunque la aparición de Reagan en la OTI levantó la imagen pública de la cadena y dio aire a sus accionistas principales, Azcárraga y Anselmo, lo cierto es que las probabilidades de que el canal tuviera que cambiar de manos eran altas.
Una ironía histórica: Mientras se celebraba la Semana de la Herencia Hispana con un presidente reconociendo el valor del español, los fantasmas del poder seguían buscando impedir que un canal en nuestro idioma permaneciera bajo control hispano.