Un reciente ataque a un conductor del tren de cercanías MBTA reavivó la preocupación del sindicato sobre la falta de protecciones legales adecuadas para estos trabajadores. El incidente ocurrió el 29 de mayo en la estación de Ashland, donde dos hombres fueron arrestados tras amenazar con un arma de fuego a un conductor que les pidió pagar el pasaje.
Cole Czub, vicepresidente del Comité de Prevención de Asaltos y Seguridad del sindicato SMART-TD, explicó que este tipo de agresiones se ha vuelto más frecuente en los últimos años, especialmente desde la pandemia.
“Llevamos a los mismos pasajeros, trabajamos en las mismas plataformas que otros empleados públicos del MBTA, y sin embargo no tenemos la misma protección legal. Eso debe cambiar”, afirmó.
El problema radica en que, aunque los operadores de autobuses y trenes subterráneos del MBTA son considerados empleados públicos y tienen protecciones legales específicas, los conductores del tren de cercanías no. Esto se debe a que ellos son empleados de Keolis, la empresa privada que administra las 14 líneas de tren de cercanías del MBTA desde 2014. Por eso, cuando son agredidos, las penas son menores y los procesos judiciales más complicados.
Desde octubre pasado, el sindicato ha registrado 13 agresiones contra conductores de tren de cercanías, desde amenazas hasta ataques físicos. “Algunos incidentes involucran armas blancas y ahora hasta armas de fuego. Esto es un salto muy grave en la violencia”, comentó Czub.
El sindicato pide que la ley de Massachusetts se modifique para incluir a todos los trabajadores del transporte bajo la misma categoría de empleados públicos. Así, las sanciones para quienes ataquen a estos trabajadores serían más severas y la justicia actuaría de manera más efectiva.
Actualmente, hay un proyecto de ley en la Cámara de Representantes que busca extender estas protecciones legales a todos los empleados del transporte público, pero ha estado detenido en comités durante varias sesiones legislativas.
Por su parte, Keolis ha manifestado su compromiso con la seguridad de sus empleados y apoya la aprobación de esta ley. “Estamos trabajando junto con la Policía de Tránsito para investigar el incidente en Ashland y defendemos que nuestros conductores tengan la misma protección que los operadores del MBTA”, señaló un portavoz de la empresa.
La realidad es que, desde la pandemia, la agresividad de algunos pasajeros ha aumentado, ya que durante ese periodo no se cobraban pasajes en algunos trenes, lo que atrajo a personas que ahora reaccionan de forma violenta cuando se les exige pagar. Esto ha convertido la labor de los conductores en una tarea más peligrosa.
Qué está pasando y qué viene:
- Desde octubre de 2024, se han reportado 13 ataques contra conductores del tren de cercanías.
- La ley actual protege a empleados públicos, pero no a trabajadores de empresas privadas como Keolis.
- Un proyecto de ley busca extender las protecciones legales, pero aún no ha avanzado.
- El sindicato y Keolis piden que la legislación se modifique cuanto antes para evitar más ataques.
- La Policía de Tránsito sigue investigando los casos recientes.
Esta situación muestra la necesidad urgente de cerrar ese vacío legal y garantizar la seguridad de quienes trabajan para mantener el transporte público en marcha. Como dice Cole Czub:
“Nuestros miembros merecen la misma protección, porque hacen el mismo trabajo y enfrentan los mismos riesgos.”