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Cada 30 minutos, hospitales en EEUU reciben heridos por armas

Las armas de fuego no solo dejan miedo, también llenan las salas de emergencias en Estados Unidos.

Las armas de fuego: la principal causa de suicidios en EEUU (Pexels).

Las armas de fuego no solo dejan miedo, también llenan las salas de emergencias en Estados Unidos. Según los Centros para la Prevención y el Control de Enfermedades (CDC), cada 30 minutos alguien ingresa al hospital por una herida de bala. Este dato, que acumuló más de 93,000 casos entre 2018 y 2023, refleja la gravedad de un problema que parece no tener fin.

¿Cuándo ocurren más tiroteos?

Los tiroteos no tienen horario fijo, pero algunos momentos son especialmente fatales. Las noches, los fines de semana y las festividades como el Día de la Independencia o Año Nuevo destacan por las cifras más altas. De hecho, los eventos nocturnos entre las 2:30 am y las 3:00 am son los más mortales.

  • Los días críticos incluyen viernes, sábados y domingos.
  • Festividades como Halloween, Memorial Day y Año Nuevo elevan los casos.
  • Julio registró el mayor número de incidentes, mientras febrero estuvo más “tranquilo”.

La doctora Katherine Hoops, de la Universidad Johns Hopkins, explicó que "los hospitales aún no están diseñados para responder eficientemente en estas horas críticas", lo que agrava los tiempos de atención. En estados como Florida o Georgia, estas cifras fueron alarmantemente altas, según el análisis de los CDC, que usan datos en tiempo real en su programa FASTER.

El terror psicológico detrás de las balas

No todo el impacto de un tiroteo se mide en lesiones. Ver las noticias o escuchar sobre estas tragedias golpea duramente la salud mental de muchos. La psicóloga Astrid Gámeza quien entrevistamos previamente, señaló que el efecto rebota incluso en quienes nunca han estado cerca de un arma. Los padres viven angustiados mientras se preguntan si no será su escuela la próxima en la lista.

  • Un tercio de los estadounidenses ya evita eventos masivos por miedo a la violencia armada.
  • Entre los latinos, el 43 % prefiere no ir a festivales, bares llenos o aglomeraciones.
  • Esta ansiedad se agrava por el pasado de muchos inmigrantes, quienes provienen de regiones como América Latina, donde el 75 % de los homicidios involucran armas de fuego.

"El nivel de exposición mediática nos pone en un círculo vicioso de estrés constante", añadió Gámez, quien también trabaja con víctimas de violencia en sus países de origen.

Los niños, víctimas principales

Las armas ya son la primera causa de muerte entre menores en Estados Unidos, un dato mucho más preocupante de lo que parece en el papel. Christina Johns, pediatra de Children’s National Hospital, compartió una historia inolvidable a CNN"Un niño de dos años llegó con un disparo en el pecho. Su hermano mayor jugaba con un arma cargada que nadie guardó adecuadamente". El pequeño sobrevivió gracias a un equipo médico listo. Pero, ¿cuántos no tienen la misma suerte?

Los datos de los CDC confirman que los tiroteos afectan más vidas jóvenes de las que creemos, y que muchas de estas tragedias se podrían prevenir con seguridad básica en el hogar.

Recortes que ponen en peligro vidas

El esfuerzo por analizar la violencia armada peligra. Más de 200 empleados de los CDC perdieron sus empleos recientemente, incluyendo a expertos que manejaban estos datos. Sharon Gilmartin, de Safe States Alliance, advirtió que, “sin especialistas que limpien y analicen la información, los números se convierten en solo piezas de museo”.

El programa FASTER, que monitorea heridos en tiempo real, aún opera con un financiamiento vigente hasta 2028. Sin embargo, futuras asignaciones presupuestales decidirán su destino. Perder estos recursos dejaría a hospitales, comunidades y políticas públicas en la oscuridad.

¿Cómo atacar el problema de las armas?

Protegerse ya no basta. La solución debe incluir medidas en salud mental para sanar a comunidades enteras. Gámez enfatizó la importancia de trabajar en un frente conjunto entre escuelas, padres y especialistas. "Las escuelas necesitan algo más que detectores de metales; deben construir una atmósfera de apoyo emocional", dijo la psicóloga.

Además, algunas ideas prácticas que han tomado fuerza incluyen:

  • Crear espacios de diálogo entre padres e hijos sobre el impacto de estos eventos.
  • Incrementar el acceso a terapia psicológica para quienes presencian o sobreviven un tiroteo.
  • Promover iniciativas vecinales que reduzcan los conflictos que suelen escalar a violencia armada.

Al final, la violencia no se detiene solo con estadísticas, presupuesto o reglamentos. La clave está en fortalecer las comunidades desde adentro, ayudando a sobrevivientes y evitando que una generación herede miedos y heridas. Porque en un país donde las balas no descansan, la sociedad no se puede dar el lujo de hacerlo.

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