¿Eres una persona nocturna? De esas que se quedan despiertas hasta tarde porque es cuando realmente sientes que funcionas mejor. Aunque esa libertad puede ser adictiva, la ciencia lanza una advertencia. Ser nocturno puede venir acompañado de mayores riesgos de depresión, ansiedad y otros problemas de salud.
El precio de vivir fuera de ritmo
Más de la mitad de los jóvenes adultos presentan un cronotipo nocturno, según el Dr. Simon Evans, investigador de la Universidad de Surrey, Inglaterra. Sin embargo, enfrentarse a un mundo diseñado para madrugadores no facilita las cosas. Este desajuste lleva a un fenómeno conocido como "jet lag social", que ocurre cuando tu reloj biológico no coincide con los horarios laborales y escolares tradicionales.
El Dr. Dylan Petkus, experto en sueño, destacó en conversación con New York Post que este desajuste fomenta la falta de sueño, lo que no solo afecta el ánimo, sino también la salud física. En su opinión, mientras los madrugadores se benefician de horarios hechos a su medida, los nocturnos luchan constantemente contra su biología, lo que los deja en clara desventaja.
Las noches y sus “malas decisiones”
La noche tiene su magia, pero también un lado oscuro. Aquí van algunos datos que te harán levantar una ceja:
- Fumar y beber son más comunes entre nocturnos. Eso sí, quienes beben moderadamente en contextos sociales terminan menos deprimidos que quienes no lo hacen.
- Las noches de insomnio invitan a rumiaciones, esos pensamientos pesados que no dejan avanzar.
- La pulsada interna favorece decisiones impulsivas cuando el mundo duerme.
Según un estudio publicado en marzo de 2025 en PLOS One, 252 de 564 estudiantes (casi la mitad) se identificaron como nocturnos. Muchos coincidieron en sentirse atrapados en patrones de pensamiento negativo, mientras los madrugadores andaban más relajados, con mente clara y pie firme. Estos últimos, gracias a su habilidad de mantener la calma, lidian mejor con el estrés.
Dr. Evans, uno de los investigadores, conectó los puntos al describir cómo el reloj interno atrasado alarga el espacio para esos sabotajes mentales nocturnos. La solución, según él, está en fomentar claridad mental con ejercicios de meditación.
¿Quieres hackear tu cronotipo nocturno?
Si eres nocturno y estás buscando formas de suavizar los efectos de tu cronotipo, el portal Vox dio algunos consejos prácticos respaldados por la psicóloga de sueño Jade Wu:
- Luz natural al despertar: tomar 20 minutos de luz solar directa apenas te levantes entrena tu cerebro para ajustar su reloj interno.
- Mantén horarios fijos: dormir y levantarte a la misma hora, incluso los fines de semana, mejora significativamente la calidad de tu sueño.
- Evita pantallas antes de dormir: la luz azul de los dispositivos engaña a tu cerebro, haciendo que pienses que aún no es hora de descansar.
“La consistencia en los horarios equivale a salud física y emocional”, dijo Wu, quien también explicó que dormir no tiene que ver solo con cantidad, sino con calidad y regularidad.
Además, una rutina regular para irte a la cama podría beneficiar tu salud a largo plazo. La consistencia en los horarios de sueño reduce riesgos de enfermedades cardíacas, demencia, obesidad y otros problemas graves.
¿Podemos adaptarnos a los nocturnos?
En palabras de los expertos, adaptar horarios laborales y educativos podría tener un efecto positivo en los nocturnos. Permitirles alinearse mejor con su naturaleza no solo mejorará su salud mental, sino que podría aumentar su rendimiento en el trabajo y en clase.
“El ritmo tardío es completamente natural en jóvenes adultos”, explicó el Dr. Evans. Sin embargo, vivir en constante desajuste entre el reloj biológico y las normas sociales incrementa el desgaste emocional. Este tema toma especial relevancia en un momento en que la salud mental de los jóvenes ya es motivo de preocupación.
Dormir mejor para vivir mejor
El sueño impacta todo, desde tu energía hasta tus emociones. Dejar de tratarlo como una simple pausa diaria y verlo como una prioridad puede marcar la diferencia. Ser nocturno no debería interpretarse como un defecto, sino como una variación natural que merece reconocimiento y ajustes en un mundo que aún favorece a los madrugadores.
Con hábitos más saludables y más flexibilidad en las estructuras sociales, los nocturnos pueden tener esa chispa creativa y productiva que los hace únicos, sin sacrificar su bienestar. Porque dormir bien no es un lujo, es una necesidad.