Si algo tenía claro Donald Trump tras su investidura era que tenía que cumplir todas las promesas que hizo durante su campaña electoral y así lo está haciendo (por ahora).
Las deportaciones masivas no solo han comenzado, sino que lo han hecho con la intensidad que su administración prometió. Para muchos la acción es “inhumana”, para otros, es solo una manera “mejor” de gobernar y resguardar la seguridad nacional. Como siempre, la línea entre lo que es «correcto» y lo que es «práctico» se vuelve borrosa. Lo único claro es que nueva política de expulsiones forzadas solo provocará sufrimiento, dolor y millones de vidas rotas.
Inicio de las deportaciones masivas
El presidente Trump ha puesto en marcha una campaña de deportaciones masivas que comenzó con operativos en diversas ciudades del país.
Las primeras deportaciones arrancaron en Denver, Colorado, donde trabajadores indocumentados fueron detenidos en sus lugares de empleo sin previo aviso. Al menos 20 de estos indocumentados fueron expulsados a Tijuana, México.
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Redadas en lugares sensibles
Una de las medidas más controvertidas ha sido la autorización para que el Servicio de Inmigración y Control de Aduanas (ICE) realice redadas en lugares previamente considerados «sensibles», como iglesias, escuelas y hospitales.
Desde 2011, estos sitios estaban protegidos de acciones migratorias para garantizar la seguridad y bienestar de las comunidades. Sin embargo, la nueva directriz elimina estas restricciones, permitiendo que las autoridades migratorias lleven a cabo operativos en dichos lugares.
Despliegue militar en la frontera. En respuesta a las órdenes ejecutivas del presidente Trump, el Pentágono anunció el despliegue de hasta 1,500 soldados adicionales en la frontera con México.
Siguiendo la noticia. Este incremento tiene como objetivo reforzar la seguridad fronteriza y apoyar en la detección y supervisión de cruces ilegales. Además del personal militar, se desplegarán helicópteros y analistas de inteligencia para fortalecer las operaciones en la zona.
Prohibición de la entrada de inmigrantes por la frontera sur
El presidente electo firmó una orden que exige al Homeland Security, al Departamento de Estado y al Departamento de Justicia tomar “todas las medidas necesarias para repeler, repatriar y expulsar inmediatamente a los extranjeros indocumentados a través de la frontera sur, restringiendo el acceso a las disposiciones de las leyes migratorias que permitirían a los inmigrantes que llegan a la frontera permanecer en Estados Unidos, como el asilo».
De esta manera, prohíbe la entrada de inmigrantes indocumentados a Estados Unidos por la frontera sur.
Marco Rubio se llama con el canciller mexicano
Las nuevas políticas migratorias han tenido repercusiones en las relaciones diplomáticas entre Estados Unidos y México.
El canciller mexicano, Juan Ramón de la Fuente, y el secretario de Estado de EE.UU., Marco Rubio, sostuvieron una conversación telefónica para abordar temas relacionados con inmigración y seguridad.