La inflación ya no solo afecta tu carrito del supermercado, ahora también está alcanzando a tus amistades. El 37% de los estadounidenses dice que está abandonando amigos porque no pueden seguir el ritmo de los gastos sociales, según BadCredit.org.
Y no, esto no es cosa de “tacaños”: entre los jóvenes, la cosa está peor. El 44% de la Generación Z y el 38% de los millennials prefieren ahorrar antes que socializar. Bienvenidos a la era de la “friendflation”.
El precio de tener amigos. Vamos con números: los millennials gastan un promedio de $482 al mes en actividades sociales, mientras que la Generación Z gasta $433. ¿Gen X y Baby Boomers? Mucho más modestos, con unos $256 mensuales.
Y si vives en una ciudad grande, prepárate: el gasto en socialización puede llegar a $747 al mes, casi el triple que en suburbios ($238) o zonas rurales ($221). Tener amigos en una metrópoli suena más caro que Netflix, Disney+ y HBO juntos.
El golpe a los vínculos sociales. A pesar de que el 75% de las personas quiere ver más a sus amigos, la economía manda. El 65% está recortando salidas para poder pagar lo básico: vivienda, deudas o, bueno, comida.
Lo más duro: 1 de cada 10 estadounidenses ha terminado amistades simplemente porque no puede costearlas. Esto no es solo un ajuste de presupuesto, es una reconfiguración del tejido social. Parece que ahora, más que nunca, hay que elegir entre la cartera o los amigos.