Las tasas hipotecarias cayeron a sus niveles más bajos desde febrero de 2023, ofreciendo esperanza a los estadounidenses que navegan por un difícil mercado inmobiliario.
El gigante de financiamiento hipotecario Freddie Mac informó este jueves que el tipo medio para una hipoteca fija a 30 años bajó al 6,20% en la semana que terminó el 12 de septiembre, frente al 6,35% de la semana anterior. Se trata de una caída significativa desde el máximo del 7,79% en octubre de 2023.
El descenso de las tasas hipotecarias comenzó el mes pasado, espoleado por un informe de empleo de julio más débil de lo esperado y otros indicadores económicos que sugerían futuros recortes de los tipos.
«Las tasas hipotecarias han caído más de medio punto porcentual en las últimas seis semanas y se encuentran en su nivel más bajo desde febrero de 2023», declaró a CNN Sam Khater, economista jefe de Freddie Mac.
A pesar de ello, los elevados precios de la vivienda y la escasez de oferta mantienen cautelosos a los posibles compradores.
¿Qué pasa con las tasas hipotecarias?
Se espera que la Reserva Federal anuncie su primer recorte de los tipos de interés desde 2020 en su próxima reunión de política monetaria. Esto responde a los signos de ralentización de la inflación y al debilitamiento del mercado laboral.
Aunque la Fed no fija directamente las tasas hipotecarias, sus acciones influyen en ellas a través de los movimientos del rendimiento de los bonos. Recientemente, el rendimiento de referencia del Tesoro estadounidense a 10 años ha bajado, reflejando la relajación de las presiones sobre los precios y el enfriamiento del mercado laboral.
A pesar de los favorables costes de los préstamos, muchos estadounidenses siguen considerando que el mercado de la vivienda está fuera de su alcance, especialmente en ciudades con un rápido crecimiento del precio de la vivienda como Nueva York, San Diego y Las Vegas.
Los datos de S&P Global ponen de relieve la actual crisis de asequibilidad, que afecta especialmente a los hogares con bajos ingresos. Moody’s informa de que los inquilinos de ciudades como Nueva York, Los Ángeles y Miami gastan más del 30% de sus ingresos en el alquiler, lo que apunta a un problema más amplio.
La crisis de asequibilidad se deriva de una escasez crónica de viviendas. Los elevados costes de construcción, las complejas leyes de zonificación, la limitada disponibilidad de suelo y la escasez de mano de obra contribuyen a este retraso de la oferta.
Además, los propietarios de viviendas prefieren conservar las que ya tienen aseguradas a tipos hipotecarios bajos, lo que restringe aún más la oferta.
Sin embargo, hay algunos signos positivos. El inventario total de viviendas ha mejorado cada mes de este año, según la Asociación Nacional de Agentes Inmobiliarios.
A finales de julio, el inventario se situaba en 1,33 millones de unidades, un aumento del 0,8% respecto a junio y del 19,8% respecto al año anterior. Sin embargo, este aumento sigue sin satisfacer la demanda del mercado.
La persistencia de viviendas inasequibles ha frenado la actividad general del mercado. Las ventas de viviendas de segunda mano aumentaron un 1,3% en julio, rompiendo una racha de cuatro meses de descensos.
A pesar de ello, el economista jefe de la NAR, Lawrence Yun, señaló que «la venta de viviendas sigue siendo floja».
