Los mitos o creencias populares acerca de nuestra salud han permanecido en las familias y culturas durante generaciones. Si bien es cierto que hay algunos mitos que son relativamente inofensivos, hay otros que no lo son, y por el contrario pueden causar problemas. Aquí te presentamos algunos de esos mitos:
Mito: La diabetes no es una enfermedad tan grave; ¡no me va a matar!
Hecho: La diabetes es una enfermedad en la que el cuerpo no puede manejar la cantidad de azúcar (glucosa) que está en la sangre. Es una enfermedad crónica, es decir no se puede curar, pero si se puede controlar. La diabetes no se controla o cura con aloe vera u otros remedios caseros. Se le controla tomando los medicamentos que tu doctor te receta, y también siguiendo una dieta balanceada y actividad física. Si la diabetes no se controla, habrá complicaciones como ataques cardíacos, accidentes cerebrovasculares, ceguera, problemas en los riñones, u otras condiciones.
Mito: No necesito hacerme la prueba de detección temprana de cáncer si estoy sano y no tengo síntomas. Prefiero no saber, el diagnóstico de cáncer es una sentencia de muerte y yo no quiero saber.
Hecho: Las pruebas de diagnóstico periódicas son muy importantes para la detección temprana de enfermedades, muchas de las cuales solo muestran síntomas cuando están en etapas avanzadas. La detección temprana de estas enfermedades puede conducir a un tratamiento más eficaz. Por ejemplo, si detectamos el cáncer en una etapa temprana, antes de que una persona presente algún síntoma, puede ser más fácil de tratar o incluso curar.
Mito: Estoy embarazada, entonces debo de comer el doble porque estoy comiendo por dos personas.
Hecho: La obesidad en el embarazo es uno de los problemas más serios y de alto riesgo durante el embarazo. Aunque es cierto que el aporte nutricional necesario durante el embarazo es más alto, esto no quiere decir que la madre deba comer el doble, sino que debe comer con más frecuencia, pero en cantidades menores y evitando los alimentos que pueden resultar perjudiciales. Por ejemplo, productos con ingredientes crudos o sin pasteurizar o con grandes cantidades de mercurio como ciertos tipos de pescados o bebidas alcohólicas.
Mito: Los alimentos cítricos me van a cortar la producción de leche maternal.
Hecho: Por el contrario, los cítricos tienen abundante vitamina C y otros nutrientes que son beneficiosos tanto para la madre como para el bebé. Mantener una dieta equilibrada rica en frutas y verduras favorece la salud de los dos.
Mito: Las vitaminas prenatales son solamente para mujeres que tienen deficiencias de vitaminas o minerales o que no se alimentan bien, yo no necesito.
Hecho: Las vitaminas prenatales son las que están hechas especialmente para las mujeres embarazadas. Estas vitaminas proporcionan los minerales y los suplementos que ayudan a las embarazadas a mantenerse en buen estado y además promueven el desarrollo saludable del cerebro y del cuerpo del bebé. Se recomienda que las mujeres comiencen a tomar vitaminas prenatales antes de quedar embarazadas y durante todo el embarazo. Las vitaminas prenatales están disponibles en distintas formas y precios, lo que puede hacer difícil el poder elegir; si tienes dudas, ¡pregúntale a tu médico!
Mito: Me han dicho que está bien beber vino o cerveza durante el embarazo, especialmente en el tercer trimestre.
Hecho: No importa la etapa del embarazo en la que este una mujer, el cerebro y el sistema nervioso del bebé se están desarrollando durante los tres trimestres, entonces, incluso pequeñas cantidades de bebidas alcohólicas pueden poner en riesgo al bebé, independientemente de la etapa del embarazo. La cerveza, el vino y las bebidas espirituosas son igualmente peligrosos y pueden contribuir al síndrome de alcoholismo fetal. Lo más recomendable es evitar las bebidas alcohólicas durante el embarazo, incluso cuando ya estás en los últimos meses, ya que cuando tu bebes alcohol, tu bebé también lo está haciendo.
Mito: No puedo hacer ejercicio durante el embarazo.
Hecho: Todo lo contrario, el ejercicio moderado es absolutamente recomendado pues favorece la llegada de sangre al útero, te mantiene en forma para afrontar el parto y ayuda a una recuperación más rápida después del parto.
Mito: No debería estar deprimida, debería estar feliz porque voy a tener un bebe.
Hecho: Es común pensar que los cambios emocionales en las mujeres embarazadas son porque están hormonales “así se ponen todas” y que sus altibajos son una parte natural del embarazo, que no es nada serio, que es pasajero. La realidad es que la salud mental materna es tan importante como la salud física. Los problemas emocionales durante el embarazo pueden causar un parto prematuro, bajo peso al nacer y otras complicaciones, y pueden tener un impacto significativo en la madre y en el feto, dificultades pueden persistir después del parto.
Mito: Las enfermedades mentales son una forma de castigo por no honrar a Dios o a los espíritus protectores. Por eso yo no necesito ir al psicólogo o terapista, eso es para locos o débiles
Hecho: Enfermedades mentales son un grupo de problemas emocionales como la depresión, ansiedad, bipolar disorder u otros problemas que afectan el funcionamiento general de una persona. Las enfermedades mentales no son una señal de debilidad personal, moral o de fracaso, y no se producen por falta de voluntad por parte de la persona afectada, brujería o castigo. Las enfermedades mentales, sobre todo las severas, tienen un componente biológico, o de herencia genética, o tienen factores de riesgo como la baja autoestima, no contar con apoyo social, y el trauma. Es posible controlar estas enfermedades con un adecuado tratamiento y terapia.
Mito: Yo no le pregunto nada al médico, si él lo dice debe ser verdad.
Muchas personas creen que hacerle preguntas al médico es señal de cuestionar el consejo médico y una falta de respeto. Por el contrario, hacerle preguntas a tu médico ayudará a aclarar cualquier preocupacion o duda que tengas acerca de la enfermedad o tratamiento; además te ayudará a tomar decisiones de salud que sean bien informadas.