El Papa Francisco emitió, el martes 28 de mayo, una disculpa tras utilizar un término despectivo para referirse a las personas de la comunidad LGBTQ+ mientras discutía la prohibición de la Iglesia a los sacerdotes homosexuales.
En una reunión privada con obispos italianos la semana pasada, el Papa Francisco pidió que no se admitieran candidatos homosexuales en los seminarios, lo que ha generado una gran polémica.
El portavoz del Vaticano, Matteo Bruni, se dirigió a la tormenta mediática y explicó el contexto de los comentarios del Papa, denunciados inicialmente por obispos italianos anónimos.
Según la filtración de dicha reunión, el Papa expresó que ya hay una gran presencia de homosexualidad en estos espacios, utilizando un término italiano despectivo que causó revuelo.
El Papa, conocido por su lenguaje directo y a veces coloquial, utilizó la palabra «frociaggine» (mariconería) para referirse a la situación en los seminarios, sin saber que es un término ofensivo en italiano. Esta expresión despectiva, derivada de «frocio», provocó una reacción mixta entre los obispos presentes, algunos de los cuales informaron sobre el incidente al medio italiano Dagospia.
Los diarios Corriere della Sera y La Repubblica confirmaron que el Papa hizo estos comentarios el 20 de mayo, durante una discusión sobre la admisión de candidatos homosexuales en los seminarios, un tema que la Conferencia Episcopal Italiana ha estado debatiendo intensamente.
A pesar de esta controversia, el Papa Francisco ha sido conocido por su apertura hacia la comunidad LGBTQ+. Desde el inicio de su pontificado, ha hecho declaraciones inclusivas como «¿Quién soy yo para juzgar a un gay?» y ha recibido a miembros de esta comunidad en el Vaticano, enfatizando que Dios ama a todos por igual.
Sin embargo, la posición oficial de la Iglesia Católica sobre la admisión de esta comunidad en seminarios sigue basada en una instrucción de 2005 de la Congregación para la Educación Católica, ratificada por el Papa Francisco en 2016, que establece que no se puede admitir a personas con «tendencias homosexuales profundamente arraigadas» o que practican la homosexualidad.
En noviembre, los obispos italianos en una asamblea en Asís, aprobaron un texto que regula la admisión a los seminarios, el cual aún está pendiente de la aprobación de la Santa Sede. Este documento distingue entre orientación homosexual y tendencias radicadas, permitiendo la admisión de homosexuales siempre que puedan mantener la disciplina del celibato.
El Papa Francisco, con una visión más estricta, ha expresado su desacuerdo con esta flexibilidad, prefiriendo que los homosexuales no sean admitidos en los seminarios para evitar futuros problemas.
El Vaticano guarda silencio sobre el tema
Mientras tanto, el Vaticano guarda silencio sobre los detalles del comentario ofensivo denunciado, la disculpa del papa Francisco pretende mitigar el daño causado por el uso del término.
El incidente pone de relieve la sensibilidad y la complejidad de la relación de la Iglesia con la comunidad LGBTQ+, en medio de los continuos debates sobre la igualdad y la aceptación en los contextos religiosos.
La próxima publicación del nuevo documento sobre la formación de los seminaristas será crucial para determinar si la Iglesia católica abre un diálogo para una posible inclusividad o se reafirma en sus doctrinas.
Si desea obtener mayor información acerca de la inclusión de homosexuales en seminarios, puede hacerlo en la Santa Sede.