Por Simón Rios
De pie en el torno en el taller que comparte con su padre, Christina Fuller presiona un formón contra un palo giratorio de teca. Está dando forma a un radio con las dimensiones exactas para encajar en el volante de un barco.
«Este radio en particular es conocido como el radio rey, que es nuestra firma familiar», dijo Fuller antes de perfeccionar la pieza con una lima manual.
Fuller, de 26 años, dijo que no recuerda un momento en que no estuviera en el taller de South Shore Boatworks de su familia en Carver. Desciende de una línea de fabricantes de moldes, un oficio de carpintería casi extinto que implica hacer moldes para la fundición de metales.
«Desde que era una niña pequeña, entraba en el taller y simplemente pegaba dos piezas de madera o ayudaba a mi padre con algo rápido, clavar algo», dijo. «Toda mi vida he estado haciendo esto».
Bob Fuller dijo que no podría estar más orgulloso de que su hija continúe con la tradición familiar. Y ahora Christina está abriendo nuevos caminos: es la primera mujer admitida en una organización fundada por el bostoniano que pasó a la historia por alertar a los colonos sobre la llegada de soldados británicos.
Hace más de dos siglos, el platero Paul Revere ayudó a iniciar un grupo para fomentar a los artesanos cualificados, la Asociación Caritativa de Mecánicos de Massachusetts, que todavía existe hoy. Pero durante todos estos años, el grupo nunca había acogido a una mujer entre sus filas, hasta ahora.
Chuck Sulkala, presidente de la Asociación Caritativa de Mecánicos de Massachusetts, dijo: “Cuando mencionas a Paul Revere como nuestro fundador, tienes que agudizar un poco los oídos y decir, ‘Vaya, somos la organización caritativa continua más antigua del país’”.
El grupo fue formado por maestros artesanos para abordar el problema de los “aprendices fugitivos”, quienes abandonaban sus compromisos antes de cumplir los términos de sus contratos. Pero la misión pronto se transformó en ayudar a las familias de los artesanos, y en la actualidad se trata de financiar a organizaciones sin fines de lucro que promueven los oficios.
Sulkala dijo que la asociación no estaba cerrada a miembros femeninos; simplemente tomó 230 años llegar hasta aquí.
«Nuestros miembros son invitados por otros miembros», dijo él. «Y así, simplemente nunca ocurrió, y dijimos, sabes, realmente necesitamos revisar esto».
Añadió que es un gran acontecimiento que la primera mujer ayude a llevar la asociación a la próxima generación: “Absolutamente. Esto es como una nueva sangre”.
Mientras tanto, en South Shore Boatworks de los Fuller, la artesanía se remonta a casi un siglo. Fuller dijo que sus padres se conocieron en la Zona del Canal de Panamá cuando estaba controlada por EE. UU. Uno de sus abuelos dirigía una fundición de bronce y el otro gestionaba un programa de aprendizaje; sus hijos fueron los padres de Bob.
Fuller dijo que la tradición familiar de fabricación de ruedas náuticas comenzó cuando su abuelo regresó a Massachusetts en la década de 1960: «Aprendí de mi padre y mi abuelo. Realmente no me he desviado mucho de cómo ellos construían las ruedas».
South Shore Boatworks afirma ser el último taller en EE. UU. que fabrica ruedas de barco hechas a mano. Esto se debe en gran parte a que la tecnología digital ha tomado gran parte de la industria de la carpintería, con piezas diseñadas en computadoras y producidas en máquinas automatizadas.
Bob Fuller señala que los dispositivos ahora incluso afectan cómo la gente maneja los barcos.
«Con la electrónica, básicamente puedes programar una pantalla de computadora y alejarte, y el barco va a ir a donde quiera», dijo. «Pero eso no es la sensación o la experiencia de dirigir realmente tu barco».
La empresa también ofrece muebles personalizados, clases de construcción de barcos y otros servicios en la intersección de barcos y carpintería.
La formación es una parte clave para mantener vivas las artesanías tradicionales. Christina Fuller completó un aprendizaje financiado por el Massachusetts Cultural Council, estudiando cada aspecto de la fabricación de ruedas con su padre, desde el trabajo en el torno hasta la incrustación y la aplicación de barniz.
Un grupo que apoya la Asociación Caritativa de Mecánicos de Massachusetts es la Escuela North Bennet Street en el North End de Boston.
Es la escuela de oficios más antigua del país, y fue fundada en la década de 1880 por una mujer: Pauline Agassiz Shaw, una filántropa casada con un inversor adinerado. Hoy en día, los estudiantes masculinos superan a las mujeres en una proporción de aproximadamente dos a uno, según su presidenta, Sarah Turner.
«Estamos justo al final de la calle de la Casa de Paul Revere«, dijo Turner. «Así que soy muy comprensiva con las largas legacías. Tienes que esforzarte; es difícil cambiarlas y abrirlas».
Turner dijo que personas como Christina Fuller inspirarán a más mujeres a emprender carreras similares, trabajando con sus manos y manteniendo vivos oficios antiguos.
Este segmento se emitió el 21 de diciembre de 2023 por WBUR.
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