El Día de los Santos Inocentes se celebra el 28 de diciembre en muchos países de habla hispana. Esta celebración tiene sus orígenes en la tradición católica y se remonta al siglo IV.

Esta fecha conmemora el episodio bíblico conocido como «la matanza de los inocentes», en el cual el rey Herodes ordenó la masacre de todos los niños menores de dos años en Belén.
El objetivo era eliminar al recién nacido Jesús, quien según la profecía, sería el rey de los judíos. Sin embargo, Jesús y su familia lograron escapar a Egipto.
La transformación del Día de los Santos Inocentes en una jornada de bromas

Con el pasar del tiempo, el Día de los Inocentes dejó de ser una conmemoración trágica para convertirse en un día de bromas y chistes inocentes que varía según la cultura y el país.
En algunos países, esta transformación se debe a la influencia de tradiciones paganas que se mezclaron con la festividad católica.
Estas costumbres incluían la realización de bromas y juegos durante el solsticio de invierno, que coincidía con la fecha del 28 de diciembre.
Además, en algunas culturas, el Día de los Santos Inocentes se ha asociado con la idea de «invertir» los roles establecidos, donde durante ese día se permite hacer bromas y engañar a las personas sin consecuencias negativas.
Celebrando la inocencia con humor

Esta idea de invertir los roles también se relaciona con el Carnaval, donde las personas se disfrazan y actúan de manera diferente a lo habitual.
Con el tiempo, estas tradiciones se han mantenido y se han ido adaptando y evolucionando, convirtiendo el Día de los Santos Inocentes en una jornada de diversión y risas, donde se gastan bromas inocentes entre familiares y amigos.
Es importante destacar que estas bromas deben ser inofensivas y no causar daño o malentendidos.